Las consecuencias más drásticas de la mala campaña citrícola sufrida por el campo castellonense podrían estar por llegar. La crisis provocó que hasta un tercio de las mandarinas se quedara por recolectar y tanto los precios abonados a los agricultores por los comercios como las liquidaciones de las cooperativas evidencian que las que se recogieron tampoco darán demasiados beneficios a los productores.

La gravedad de la situación ha provocado hasta cuatro manifestaciones convocadas por la Plataforma per la Dignitat del Llaurador, pero lo cierto es que los agricultores ya miran la próxima campaña con el temor de saber que son necesarios una serie de cambios estructurales que, hasta el momento, ninguna administración ha apoyado con decisión y el sector tiene muchas dificultades para acometer en solitario.

Un ejemplo más de lo delicado del momento se vive en Nules, capital citrícola de la provincia, con la cooperativa Nulexport. Según evidenció el secretario general de la Unió, Carles Peris, y confirmaron a este diario diversas fuentes de la citricultura local y comarcal, «existe mucha preocupación porque la entidad no ha adelantado nada a sus socios», de tal forma que coge forma la posibilidad de que no haya liquidaciones o que estas sean simbólicas o políticas, como se las conoce dentro del sector.

asamblea // Desde la dirección de la firma ni confirman ni desmienten esta opción y aseguran que todavía trabajan en las cuentas. Por ello, emplazan a la asamblea general, que está convocada para el 26 de abril, reconociendo que la situación es «muy compleja, la más difícil y anormal en muchas décadas», puntualizan.

Pese a que entre los más de 500 socios hay también vecinos de la Vilavella, la Vall d’Uixó o Burriana, es en Nules donde la compañía tiene el grueso de productores. Y es allí donde se vive con más preocupación el momento actual. Varios agricultores prevén que la próxima asamblea sea tensa y la incertidumbre sobre el futuro de la cooperativa está en muchas de las conversaciones.

No es para menos, pues Nulexport es todo un emblema de la citricultura provincial y la cooperativa que más clemenules produce y exporta de toda España. Con una producción que en el 2017 fue de 40 millones de kilos, en plena campaña emplea a unas 1.000 personas entre operarios de almacén, collidors y empleados de oficina, la mayoría de Nules y municipios colindantes.