Anghely nunca imaginó que su primera visita a España sería para quedarse. Voló de Caracas a Madrid y, desde la capital de España, viajó hasta Castellón, donde tiene a un grupo de amigos. La descomposición económica, política y social de su país la han obligado a marcharse. «La vida en Venezuela se ha vuelto insoportable», cuenta. Le duele explicarlo, pero en su país el 87% de la población es pobre, el 71% no tiene suficiente para comer, la inflación supera el 6.000%. Además, el crimen está desbocado. Y todo eso explica porqué las solicitudes de asilo se han disparado en muy pocos años en Castellón y, además, los ciudadanos venezolanos ya se han convertido en los primeros solicitantes.

Los datos que maneja el Ministerio del Interior revelan que en apenas unos años las peticiones de asilo se han duplicado en Castellón hasta alcanzar el récord de 74. En el 2014 la cifra fue de 37. Y en el conjunto de la Comunitat Valenciana, la tendencia es la misma: de las 606 peticiones del 2014 se ha pasado a las 1.367 al cierre del 2016. «La tendencia en el último año, aunque todavía no hay datos oficiales, todavía es más alta. Ahora mismo hay oficinas de extranjería como la de Valencia que dan cita para finales de año, con lo que «el colapso del sistema es total», asegura Jaume Durà, coordinador territorial de la Comisión Territorial de Ayuda al Refugiado (CEAR-PV).

SIRIA, A LA BAJA // Pero, ¿de dónde son los ciudadanos que en el último año han solicitado asilo en Castellón? Los últimos datos que maneja el Ministerio de Interior revelan que el 39% procede de Venezuela. Hace un par de años, este porcentaje era insignificante y Ucrania aparecía en primer lugar. «Venezuela se ha convertido en la primera nacionalidad y lo ha hecho por dos motivos. El primero es por la crisis política, social y económica que atraviesa este país pero también porque los ciudadanos venezolanos no necesitan visitado para llegar a España y eso facilita muchísimo las cosas», apunta Durà.

Tras Venezuela, le sigue Ucrania (21 solicitudes), un país sumido en otro conflicto armado desde hace cuatro años; Colombia (16) y Guinea o Armenia. «El Salvador y Honduras también están aumentando, y quienes solicitan asilo en la Comunitat son personas que huyen de grupos organizados de delincuentes», añade el responsable de CEAR-PV. Además, resulta significativo que los solicitantes de Siria, en guerra desde 2011, se hayan reducido. Jaume Durà lo explica por «las dificultades para llegar a la oficina de asilo del puesto fronterizo» y «la ausencia de otras vías legales para acceder al procedimiento».

Una cosa son los ciudadanos extranjeros que llegan a Castellón y solicitan asilo y otra muy distinta la cifra de peticiones que finalmente concede el Gobierno. A nivel nacional, CEAR estima que solo el 35% de las resoluciones se resuelve favorablemente. «En el conjunto nacional hay pendientes de resolver más de 34.000 expedientes», denuncia Durà. Además, cuando a un extranjero se le deniega el asilo (un proceso que puede tardar entre 18 y 24 meses) tiene la posibilidad de solicitar arraigo social, aunque tiene que demostrar que lleva al menos tres años en España y tiene un contrato laboral.