La Marjaleria es una de las patatas calientes del nuevo Plan General de Castellón, por los problemas urbanísticos y jurídicos que arrastra hace 40 años. Corporación tras corporación han intentado abordar la Marjal y ahora le toca al bipartito --PSPV y Compromís-- dar una salida a este atolladero con el nuevo Plan General.

Un documento que, en su versión preliminar, prealegaciones, deja de lado el Plan Especial de la Marjaleria aprobado por el PP y clasifica el suelo en cinco tipos, en función del valor ambiental y las construcciones: urbano, no urbanizable de especial protección, no urbanizable protegido, no urbanizable común y ámbitos de minimización de impacto. Elimina todo el urbanizable y se prevén mecanismos para minimizar los impactos negativos que ha sufrido el territorio en décadas anteriores, potenciando los valores naturales. El mensaje es claro: se respetan las viviendas construidas, se posibilitan trabajos de mantenimiento y no se permitirán nuevas construcciones.

En el informe de síntesis del Plan General que se presentó esta semana, se especifica que tanto en las actuaciones integradas delimitadas en suelo urbano, como en los núcleos residenciales en suelo no urbanizable de minimización de impactos se redactarán, respectivamente, planes de reforma interior o planes especiales para concretar la ordenación detallada y definir las condiciones de integración paisajística y de urbanización. Los planes especiales tendrán que ser de iniciativa pública -aunque puede existir un convenio entre propietarios y el Ayuntamiento para el desarrollo y ejecución- y su aprobación definitiva corresponde a la Conselleria competente.

‘MINIDEPURADORAS’ // Dentro de estos planes especiales se incluirían sistemas de depuración de agua alternativos a la red de alcantarillado, a través de minidepuradoras o pequeñas fosas sépticas comunes que eviten los vertidos de las aguas residuales.