«Nos encontramos en la antesala de una nueva era a nivel global, donde la digitalización es imparable, y donde se están produciendo cambios en los sistemas de producción, que provocan modificaciones constantes en las condiciones de trabajo y en los riesgos a los que se ven expuestas las personas en su ámbito laboral». Así de contundente se expresó recientemente el conseller de Economía Sostenible, Sectores Productivos, Comercio y Trabajo, Rafael Climent, antes de proponer al Gobierno central la modificación de la Ley de Prevención de Riesgos Laborales del Estado.

El objetivo, según el conseller, es «adaptar la normativa a las nuevas realidades del mercado de trabajo, para que su implantación no sea a costa de los derechos y de la seguridad de los trabajadores». Según el dirigente, entre las nuevas realidades a las que se debería adaptar la ley, se encuentra la Industria 4.0, con la automatización de las tareas, la economía de plataforma y colaborativa, de la cual habría que realizar una adecuada identificación de los riesgos. «Hasta ahora lo que sabemos es que genera menores retribuciones y ausencia de protección laboral», aseguró. Además, también pidió actualizar la normativa para dar respuesta a la creciente tendencia al teletrabajo, que desplaza los riesgos del centro de trabajo tradicional al domicilio, o el desarrollo de exoesqueletos para disminuir la carga física de los empleados.