En el encuentro de ayer con los medios, los dirigentes de la Unió de Llauradors se acordaron de una de las ramas olvidadas de la agricultura provincial: la vid. Y, cara a potenciar la vitivinicultura provincial, el secretario general de la organización agraria, Ramón Mampel, pidió «voluntad» a la Conselleria de Agricultura para lograr la ansiada Denominación de Origen, que el sector persigue desde hace años.

Aunque no negó que el departamento que dirige Elena Cebrián tenga interés en lograr la marca de calidad, posterior a la Indicación geográfica que actualmente aglutina a los caldos provinciales, Mampel sí señaló que el sector deberá «presionar» a la Administración autonómica, «que es la que tiene que dar la figura de calidad» que posteriormente debe ser aprobada.

Y es que con la DO, la Unió considera que se podría dar el espaldarazo definitivo a un cultivo en recuperación en la provincia, que antiguamente fue el más importante del territorio castellonense y que en los últimos años se ha visto estancado a pesar de que embotella «prácticamente toda su producción».