No es verano, pero casi. Aunque la entrada en la nueva estación se oficializará el próximo 21 de junio, Castellón ha vivido un fin de semana de avanzadilla con el estreno de la temporada de playas y máximas de hasta 28 grados, situación que ha beneficiado a la caja de la hostelería.

Según la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet), la temperatura más elevada en la provincia se registró en Morella, con 28 grados; seguida de los 27, en Castelló y la Vall d’Uixó; y 25, en Vinaròs. Hoy subirán las mínimas dos grados más, hasta los 15. En definitiva, calor y clima favorable, al menos, hasta el jueves, con una probabilidad más alta de lluvias. A las puertas del fin de semana, eso sí, el viernes, el mercurio rozará los 31 grados en la capital.

PRIMEROS TURISTAS / Los municipios costeros más turísticos ya estrenaron el pasado sábado, 1 de junio, socorristas, que atendieron a la primera oleada de visitantes, pero sobre todo, de castellonenses que llenaron las playas y terrazas de bares y cafeterías, desde el Grau de Castelló a Benicàssim, Peñíscola o Moncofa.

Una zona costera que afronta con optimismo la campaña estival, pues ha mantenido el tipo y ha revalidado la excelencia con 33 banderas azules en playas de 13 localidades (una más que el pasado 2018). Prácticamente aglutina todas las de su litoral, desde Vinaròs hasta Almenara, en contraposición al descenso de 24 distintivos registrado en el conjunto de España. Con este resultado, se sitúa en el top 5 de las mejores del conjunto estatal.

En cuanto a la clasificación por poblaciones, Benicàssim está en cabeza con cinco distintivos azules. Le siguen de cerca Alcalà de Xivert, Moncofa y Orpesa, con cuatro; mientras que en la capital de la Plana ondean tres.

El objetivo del empresariado turístico es revalidar los 136.033 viajeros y las 441.770 pernoctaciones conseguidas en junio del 2018; y en esto, son optimistas, pese a la demora en las reservas.

Al respecto, valoraron que los nuevos canales de comercialización, la capacidad de los clientes para conocer el abanico de alternativas de alojamiento y la nueva forma de viajar, segmentando las vacaciones, están propiciando que prime la última hora.

«Junio pinta muy bien; son julio y agosto los que acumulan más demora, en parte por las gangas de Baleares, Canarias y el Mediterráneo oriental. Pero confiamos en el turismo fidelizado», apuntó Francisco J. Ribera, presidente de la Asociación de Empresarios Turísticos de Peñíscola.