La plaga del cotonet de les Valls (Delottococcus aberiae) afecta ya a 21 municipios de la provincia de Castellón, cubriendo prácticamente la totalidad de la Plana Baixa. Uno de los sectores más afectados es el de los cítricos, en el que puede llegar a causar pérdidas de más de un 50% de la cosecha en ataques severos, aunque también daña a otros cultivos como el olivo y el peral. Además, según el investigador del grupo de Ecología Química Agrícola (CEQA) del Instituto Agroforestal del Mediterráneo, Vicente Navarro, «seguramente procede de Sudáfrica».

Es un golpe más a la ruinosa campaña citrícola de este año, entre otros motivos, por la entrada de naranjas de Sudáfrica que según denuncian los citricultores supone una competencia desleal en el mercado y, según estos últimos datos, también afecta directamente al producto autóctono al supuestamente haber traído la plaga a los campos castellonenses. En base a las declaraciones de Navarro a la agencia Efe, el cotonet fue detectado en 2009 en la zona de les Valls «y desde entonces su zona de influencia no ha parado de crecer y los daños que provoca se han ido observando en zonas cada vez más lejanas al punto de introducción». Además, advirtió que «resulta dañino porque cuando está presente durante el cuajado provoca la deformación o la reducción del tamaño de los frutos».

QUÉ ES Y CÓMO SE COMBATE // Se trata de un insecto que se alimenta de la savia de las plantas, lo que las debilita. El único control posible, hasta ahora, era el control químico con insecticidas de amplio espectro que provocan desequilibrios o el aceite parafínico en agricultura ecológica.

En la búsqueda de nuevos tratamientos alternativos, investigadores de la Universidad Politécnica de València, del grupo de Ecología Química Agrícola, han conseguido aislar e identificar la feromona sexual de esta variedad de insecto, lo que resultar clave en el desarrollo de nuevas estrategias para luchar contra él.