El plan de acción contra el ruido de Castellón, revisado y aprobado definitivamente en febrero, mantiene a las tascas en zona acústicamente saturada (ZAS), en la que están incluidas desde octubre del 2010 las calles Isaac Peral, Barracas, Vera y Mayor y plaza Santa Clara. Es un documento que se ha estado gestando desde diciembre del 2014. Fue revisado en marzo y junio del 2016 y justamente ha sido aprobado escasos días antes de conocerse la sentencia del Tribunal Superior de Justicia de la Comunitat Valenciana, que prohíbe la venta y consumo de alcohol en las calles de las tascas --Barracas e Isaac Peral-- a partir de las 22.00 horas, desde abril. Este fallo restringe todavía más el horario de estos locales, ya que hasta ahora podían dispensar bebidas hasta las 23.30 horas.

El documento, al que ha tenido acceso Mediterráneo, califica las tascas como una de las zonas más expuestas al ruido de la ciudad, en el mapa de conflicto, y prevé campañas de sensibilización para reducirlo. En sus 194 hojas, detalla cinco áreas acústicas (uso sanitario, docente y cultural; uso residencial; terciario; recreativo y de espectáculos; e industrial) y marca los índices de ruido establecidos por normativa, comprendidos de 60 a 75 decibelios (ver gráfico adjunto).

OBJETIVOS // Este plan de acción se marca como objetivo prioritario actuar de manera continuada en la reducción de la contaminación acústica en la ciudad, gestionando de una forma integral la problemática del ruido y proteger las zonas tranquilas.

Para ello se proponen varias líneas estratégicas, como integrar las políticas de desarrollo urbano y territorial con las de movilidad de modo que se minimicen los desplazamientos y se garantice la accesibilidad a las viviendas, centros de trabajo, lúdicos, comerciales y educativos con el menor impacto acústico posible. También se plantea reducir progresivamente el tráfico en el casco urbano, peatonalizando calles.

Además, se propone promover la mejora de la calidad de los equipamientos y las infraestructuras, así como del aislamiento acústico de la envolvente de edificaciones públicas y privadas. En la misma línea, se valoran bonificaciones fiscales al uso de vehículos híbridos o eléctricos.