Día crucial para el devenir del Plan General Estructural de Castelló, documento urbanístico del que la ciudad está huérfano desde el 2008 y que llega tras un largo peregrinaje de trámites. Después de que la Conselleria de Obras Públicas rematara el informe de inundabilidad y ya esté en manos del área de Medio Ambiente, una comisión de este último departamento examinará este jueves el documento que debe sentar las bases urbanísticas de la ciudad para las próximas décadas y decidirá si la propuesta del Ayuntamiento consigue la declaración ambiental territorial y estratégica, la DATE, cuya obtención supone el gran paso definitivo para lograr aprobar la sempiterna norma.

Del fallo de esta comisión, integrada por técnicos de diferentes consellerias y que se reúne a las 10.30 horas, dependerá los plazos para sacar adelante el proyecto. El concejal de Obras y Proyectos Urbanos de Castelló, Rafa Simó, celebra que el plan la haya podido entrar en la comisión de julio, ya que de no ser así, admite que hubiera peligrado aprobarlo dentro de los plazos, con fecha límite en abril del 2021, cuando caducan las actuales normas transitorias de urgencia que rigen ahora el planteamiento urbanístico, aunque la esperanza es poder aprobarlo dentro de este año.

Tres caminos

El dictamen de la comisión ambiental creará tres escenarios en función de su veredicto. En el mejor de los casos, si concede una DATE positiva que no obligue a realizar alguna modificación adicional --algo que Simó ve «poco probable», porque «en estos trámites siempre se suele proponer algún cambio»-- , el camino para su aprobación se allanaría y habría muchas papeletas de poder ratificarlo por fin este año.

En el peor de los supuestos, un fallo desfavorable provocaría un retraso en su aprobación y exigiría al Ayuntamiento reformular algunos puntos, lo que volvería a encallar el proceso. Es una hipótesis que el edil tampoco contempla, hasta el punto de que reconoce que tendrían que hacer «una consulta jurídica» para conocer cuáles serían los pasos a seguir.

El escenario que tiene más visos de ocurrir este jueves es la postura intermedia, que Medio Ambiente apruebe una declaración favorable condicionada a que el consistorio adapte su versión del plan a lo que marque Conselleria. En ese caso, tras realizar los nuevos reajustes, faltarían los 20 días hábiles de la exposición pública --que se comprometieron a hacer para «no repetir errores del pasado»-- y resolver las alegaciones, si las hubiera. Después, el proyecto corregido tendría que ser sometido al pleno para aprobar esas alegaciones.

La última etapa sería enviar el plan al servicio territorial de Urbanismo, que será el encargado de dar el visto bueno final. Este escenario, que ya asume prácticamente el equipo de gobierno, significaría que el plan podría estar aprobado entre finales de año y principios del 2021.

Los empresarios urgen la aprobación del plan

Pendientes de los últimos movimientos que quedan por realizar, los empresarios esperan como agua de mayo que el Plan General sea por fin una realidad. Una necesidad que el colectivo «lleva reivindicando desde hace tiempo», explica el presidente de la CEV en Castellón, Sebastián Pla, quien defiende que este futuro documento servirá como «base» para saber dónde pueden actuar y acometer proyectos. Como ejemplo, el responsable de la patronal castellonense arguye que permitirá desbloquear y expandir el «paralizado» polígono del Serrallo, donde explica que «otras ciudades cercanas ya han sacado proyectos similares y nos han tomado la delantera». En esa línea, defiende que necesitan «esa capacidad de desarrollar nuevas iniciativas, que permitan «crear empleo y generar riqueza», más aún en una situación de crisis con una «recesión económica».