“Hace 46 años celebré mi boda en Les Planes”. “Era un sitio de lujo, un local maravilloso, con un comedor excelente y una terraza con unas extraordinarias vistas al mar”. Quien así habla es Pepe Falomir, grauero de pro. Como él, generaciones enteras de castellonenses y foráneos han disfrutado, y todavía disfrutan del encanto singular de Les Planes, un lugar único que conserva el sabor de las antiguas tertulias y de tiempos remotos, cuando la prisa no existía. Un establecimiento hostelero de solera, cita obligada para los encuentros gastronómicos, de mesas de mármol y sillas de madera, que el próximo viernes volverá a abrir sus puertas después de un lavado de cara, aunque manteniendo ese espíritu castizo que nunca ha abandonado, en ese edificio de líneas neoclásicas que forman parte del skyline del distrito marítimo.

Como recuerda su propietario, Vicente Guillamón, “mi padre, Amadeo Guillamón, que era abastacedor del Casino Antiguo, se hizo cargo del local, como fonda, restaurante y bar”. Y muy pronto se convirtió en un lugar de referencia en la vida social y ciudadana castellonense. Fundamentalmente, por su cocina, con la especialidad de la sepia y de los mejillones, con una clientela asidua y muy fiel.

Guillamón evoca a algunos de los personajes populares que han pisado Les Planes, “desde Ava Gardner a Charlton Heston, cuando rodó El Cid en Peñíscola, pasando por el ciclista Fausto Coppi, cuyo entrenador se alojó en la fonda en una Vuelta a España que pasó por Castellón, la Pasionaria, Victorino Martín, Alvaro Domecq...”. Una historia jalonada de encuentros, de tertulias de fútbol y toros, “de política, poco”, como indica Guillamón, de vivencias y anécdotas. “Somos la Puerta del Sol del Grao, a la que acude todo el mundo para sus citas”, recalca el propietario.

ALBINEGRISMO // Y, sobre todo, Les Planes es uno de los templos del albinegrismo más recalcitrante. “Cuando se consiguió el ascenso a Primera División en 1971, con Emilio Fabregat de presidente, una de las paradas del triunfante equipo “fue en Les Planes”, rememora Guillamón, como también evoca a una larga lista de jugadores orelluts que han pasado por el local: Emilio, Raúl, Casuco, García Hernández, Subirats, Racic, Tonín...”. “Les Planes es una institución”, solemniza José Falomir, como testimonio de compromiso a un espacio único en El Grao, y no duda en cantar las bondades de un establecimiento que, si no existiera, habría que inventarlo.

Fidelidad como la de tantos otros clientes que pasan horas y horas en el emblemático bar de la avenida del Puerto. “Es un sitio espléndido, un poco mítico, donde es un placer perder media mañana almorzando”, indica Fernando Nos, que resalta la excelencia de la sepia que se sirve el local. Nos concreta que, normalmente, pide un bocadillo de “atún, aceitunas y tomate que está para chuparse los dedos”. Alabanzas también de Javier Sanahuja, que resalta el “sabor popular, el entorno, la amabilidad y la atención en Les Planes”. “He ido toda la vida y allí comparto con mis amigos un rato agradable”, relata este tertuliano habitual del lugar.

“Es un bar que evoca muchos recuerdos, con mucha personalidad y donde hasta te pueden personalizar un bocadillo”, asegura Sanahuja, consciente de la importancia popular.

Vicente Beltrán es otro cliente asiduo. Junto a su familia disfruta de sus excelencias. “Nos gusta el trato familiar, y, por supuesto, su sepia, los mejillones y los bocadillos”. H