A los planes de pensiones les ocurre en Castellón algo muy similar a lo que les sucede a muchos profesionales: no encuentran relevo generacional. El número de nuevos trabajadores que los suscriben es inferior al de las bajas de aquellos que llegan a la edad del retiro, y eso explica por qué la cifra de partícipes va cuesta abajo año tras año. Y todo pese a que existe una creciente preocupación sobre la jubilación y un miedo a que la prestación pública resulte insuficiente. Pero aún así, cada vez son menos las familias que destinan parte de ahorro a contratar productos que garanticen un retiro más confortable y, en la provincia, solo en el último año estos instrumentos de ahorro han perdido 40 partícipes al mes. El sector avisa, además, de un bajada todavía mayor tras el anuncio del Gobierno de reducir la desgravación, el gran atractivo de estas pólizas.

Que los planes de pensiones individuales no acaban de tener popularidad en Castellón es algo que demuestran los últimos datos que maneja el Observatorio Inverco. La cifra de partícipes en la provincia se sitúa en 88.099 (datos al cierre del 2019), casi 500 menos que un año antes y 9.000 menos que hace apenas seis años, cuando quienes tenían contratado una de estas pólizas eran más de 97.000.

Pese a la insistencia de los expertos y al impulso que en los últimos años le ha dado la banca (Cajamar, por ejemplo, bonifica hasta en un 5% los trapasos a planes de pensiones), la realidad en Castellón es que solo un 15,3% de la población invierte parte de sus ahorros en un plan de pensiones individual, un porcentaje similar al del conjunto de la Comunitat Valenciana (15,2%), pero inferior a la media nacional, que es del 15,9%. Zaragoza, Huesca, Burgos Segovia o Madrid son las provincias donde la implantación de estos productos es más fuerte.

Pero una cosa es el número de cuentas y otra el dinero ahorrado. Y, curiosamente, mientras baja el número de suscriptores sube el importe total, hasta los 848, 2 millones de euros en la provincia, 79,3 millones más que hace un año. ¿La explicación? Una de las claves está en que las carteras tuvieron unos rendimientos muy relevantes, cercanos al 4% anual de media, y eso provocó que el patrimonio medio por partícipe (9.628 euros) aumentara ligeramente.

La realidad es que los planes de pensiones siguen siendo atractivos para los pequeños ahorradores y en 2021 podrían serlo todavía menos. El Gobierno pretende reducir a partir del próximo año las deducciones fiscales que los contribuyentes se aplican en el IRPF por las aportaciones a estos instrumentos individuales de ahorro. El objetivo del Ejecutivo es bajar esas deducciones de un máximo de 8.000 euros al año a 2.000 y, en cambio, reforzar el atractivo fiscal de los planes de empleo, los que ofrecen algunas empresas.

DISCRIMINACIÓN FISCAL

José Luis Manrique, director de Estudios del Observatorio Inverco, asegura que es un error impulsar la previsión social complementaria en el ámbito empresarial a costa del ahorro que destinan por su cuenta los particulares. «El ahorro individual para la jubilación es fundamental para complementar la pensión pública, en un contexto de creciente longevidad, para sí preservar su sostenibilidad. Por todo ello, creemos que la reducción de los límites de aportación a planes individuales no es la medida adecuada para fomentar el ahorro», argumenta este experto.

Quienes más saldrán perjudicado de ese recorte en las deducciones son los autónomos y los trabajadores de las pymes que no puedan acceder al sistema de empleo. «Tenemos que asegurarnos que todos los colectivos que no puedan acceder a planes de empresa, sí puedan acceder a sistemas de previsión individuales en las mismas condiciones. Por eso lo que plantea el Gobierno es discriminatorio para gran parte de la población», insiste.