La falta de oportunidades laborales ha provocado profundos cambios en Castellón. Y una de esas grandes transformaciones es el nuevo rostro humano que emerge de una provincia que resurge económicamente pero que pierde población a marchas forzadas: 4.000 habitantes menos en el 2016. Suma y sigue. Porque desde hace siete años el descenso es continuado. Desde los 604.274 habitantes con lo que contaba la provincia en el 2010 a los 575.239 de ahora. Más de 29.000 menos.

Castellón sigue perdiendo población y lo hace por varios motivos. Por un lado, porque nacen menos niños y las muertes ya superan a los alumbramientos, Desde el 2008, año en el que nacieron en la provincia 7.200 bebés, la cifra de partos se ha desplomado. Por otro lado, y quizás la causa más importante, los cerca de 110.000 inmigrantes que vinieron a principios de siglo, al calor del boom económico, siguen marchándose de Castellón. Muchos optan por hacer las maletas y regresar al país del que partieron hace un par de décadas. Otros emigran hacia grandes ciudades europeas en busca de un empleo. Y todo eso explica porqué la provincia ha perdido 33.467 inmigrantes en apenas siete años.

Los últimos datos Padrón Continuo publicados por el Instituto Nacional de Estadística (INE) revelan que Castellón acabó 2017 con 79.454 ciudadanos de origen extranjero. Son un 30% menos que durante el 2010, cuando llegaron a ser 113.021. O dicho de una manera mucho más gráfica: en siete año la provincia ha perdido casi un tercio de su población extranjera y en estos momentos se sitúa a niveles similares a los de 2005.

De entre todos los inmigrantes que en los últimos años han decidido poner fin a su aventura en Castellón destacan los rumanos. Nada menos que desde el 2010 la provincia cuenta con 13.723 menos, un 26,5% menos. Solo en el 2016 se marcharon 2.663, a una media de siete al día.

Los rumanos encabezan el éxodo pero no son los únicos que han hecho las maletas. La cifra de sudamericanos asentados en la provincia tampoco es lo que era y ha pasado de los 16.630 a los 13.786, un 17% menos.

La huida de extranjeros es generalizada, aunque hay unas nacionalidades que han resistido más que otras. La población marroquí asentada en Castellón ha menguado un 9,8% (de los 16.399 a los 14.803), como también lo ha hecho la cifra de residentes procedentes de Francia, Alemania o Italia. Por el contrario, los chinos son de los pocos cuya presencia crece. Ya son 1.277 frente a los 1.227 de hace siete años.

Pero, ¿en qué comarcas de Castellón tiene más peso la población inmigrante? El Instituto Valenciano de Estadística acaba de hacer público un estudio en el que concluye que donde hay más extranjeros es en el Baix Maestrat (19,4%). Le sigue la Plana Alta y la Plana Baixa. La lista la cierra el Alto Mijares, donde el 6,6% de su población nació en otro país.

La pérdida de población extranjera no es exclusiva de Castellón. Al contrario, en el conjunto de la Comunitat valenciana la tendencia es la misma hasta le punto de que la región cuenta con prácticamente 25.000 residentes menos que hace sólo un año. En concreto, hay empadronados 4.935.010 vecinos, frente a los 4.959.968 de la misma fecha del pasado año. Al igual que ocurre en Castellón, el éxodo de extranjeros, más de 35.000, está detrás de este nuevo desplome en la población valenciana.