Las situaciones de pobreza que atendió Cáritas Diocesana de Segorbe-Castellón en el 2017 fueron «más graves» y «crónicas». Son palabras del presidente de la entidad, Juan Manuel Aragonés, que durante la presentación de la memoria anual informó de que la vulnerabilidad afecta más a mujeres e inmigrantes y a una clase media-baja a la que «le está costando mucho superar la crisis económica».

En total, Cáritas realizó 22.377 intervenciones en la provincia, lo que supone un aumento del 10% con respecto a las 20.271 del ejercicio anterior. De todas ellas, el 55% tuvo como beneficiarias a féminas, mientras que el 53% de los atendidos fue extranjero. En este sentido, indicó que la pobreza «golpea con más fuerza a los colectivos más vulnerables», aunque añadió que el perfil se amplía también a multitud de ciudadanos con realidades menos extremas en apariencia, pero que, por ejemplo, «padecen situaciones de infravivienda» y «no pueden costear servicios básicos», concretó.

FAMILIAS ENTERAS // Eso sí, al aumento de las intervenciones le acompaña un descenso del 7% en el número de «participantes directos» en los distintos programas que ofrece la asociación católica. Según Aragonés, esto «podría estar relacionado con el aumento de la gravedad de los casos y con la feminización de la pobreza, pues en muchos casos acude una sola persona a pedir ayuda, pero esta finalmente beneficia a familias enteras».

Uno de los servicios más demandados por los castellonenses en situación de dificultad es el centro de acogida temporal Mare de Déu del Lledó, donde hicieron noche 759 personas. Esto, en palabras del obispo de Segorbe-Castellón, Casimiro López Llorente, «significa que ha estado lleno todo el año y que en los meses de invierno incluso ha habido que habilitar más colchones».

El obispo lamentó que la mejora económica no beneficie a quienes lo han pasado peor con la crisis y exigió «una economía humana en la que no cuenten solo los beneficios», al tiempo que pidió a los católicos realizar esta labor.