El Ministerio de Sanidad confirmó ayer 39 casos de coronavirus en La Rioja, de los cuales más del 80% está en Haro. La localidad y el municipio colindante, Casalarreina, son el foco que más preocupa al Ejecutivo. «Nos podría generar un problema mayor si las medidas no son lo eficaces que creemos que pueden ser», explicó ayer el director del centro de coordinación de alertas y emergencias sanitarias, Fernando Simón.

El gobierno regional adoptó medidas excepcionales para dar respuesta a este brote de la epidemia. Entre ellas, poner vigilancia de las fuerzas y cuerpos de seguridad del estado en las cuarentenas domiciliarias y distribuir «instrucciones» para realizar correctamente este aislamiento. También recomendó cancelar eventos en espacios cerrados o suspender congresos entre profesionales sanitarios.

El origen del brote en Haro procede de un paciente riojano de 52 años que participó junto a numerosos familiares en un funeral en Vitoria durante el pasado fin de semana. «Este grupo grande con contacto estrecho con los casos requiere medidas diferentes a las habituales», argumentó Simon.

No seguir las directrices impuestas por la comunidad podría conllevar una sanción de entre 3.000 y 600.000 euros. «La obligación de obediencia no es una cuestión voluntaria», advirtió la delegada del Gobierno en La Rioja, María Marrodán. «Vamos a mostrarnos firmes», dijo.