La policía autonómica de la Generalitat tomará cartas en el asunto de los mecánicos pirata que operan en los alrededores del desguace del camí Roquetes de Castellón. Así lo confirman a Mediterráneo desde la Dirección General de Seguridad y Emergencias, tras las numerosas denuncias de Astrauto y los vecinos de la zona, que exigen atajar la problemática de las reparaciones ilegales en plena carretera. Las quejas se centran en la competencia desleal de los clandestinos y en la suciedad que se acumula en la zona.

Desde el área que dirige José María Ángel explican que los investigadores realizarán vigilancias en el lugar, tras tener conocimiento de las irregularidades que se cometen por parte de los mecánicos ilegales, como ya publicara ayer este periódico. Los agentes actuarán para detectar posibles delitos de intrusismo laboral, medioambientales y contra la seguridad vial.

ACTUACIÓN MUNICIPAL / Por su parte, el Ayuntamiento de Castellón asegura haber llevado ya a cabo todas las actuaciones de su competencia. Así, fuentes municipales indican que las intervenciones de la Policía Local se han centrado en hacer cumplir la ordenanza de convivencia ciudadana. Los agentes han inspeccionado la zona, aseveran, ante las denuncias vecinales. «Otros temas, como infracciones administrativas y fraude fiscal o vulneración de los derechos de los trabajadores, competen a otras administraciones», señalan.

Los profesionales del sector de la automoción acusan a un grupo numeroso de mecánicos clandestinos de apostarse a las puertas del desguace y ofrecer a los clientes instalarles al momento las piezas adquiridas. Lo hacen a precios muy bajos, que pueden llegar a ser hasta seis veces inferiores a los de un taller reglado, según relatan los especialistas.

Una situación que, desde Astrauto, aseguran lleva sucediendo desde hace una década.

Los mecánicos de Castellón se quejan de que estos piratas les quitan trabajo, mientras ellos cumplen con sus obligaciones fiscales y crean empleo.

Desde la Asociación de Vecinos del Grupo Roquetes destacan también la suciedad de la zona, en la que pueden verse a diario multitud de vehículos en doble fila, capós levantados, reparaciones en medio del camino, así como piezas de vehículos y manchas de aceites, aseguran.

Los afectados piden que la situación se regule «urgentemente». Desde la Asociación Vecinal Santa Teresa se suman a las denuncias por la suciedad y las prácticas ilegales. Su presidente, Constantino Muñoz, reivindica que el Ayuntamiento «no deje las cosas como están y busque otras soluciones posibles».