La migración china en España sigue generando tópicos y preguntas entre los ciudadanos. Las más repetidas son las que dicen que no hay chinos enterrados en los cementerios y que no se ven muchos que sean ancianos. En el libro ¿A dónde van los chinos cuando mueren? (Ed. Debate), el periodista Ángel Villarino dio respuesta a estos temas con una larga investigación en el país oriental.

Las cifras de la tasa de mortalidad de ciudadanos chinos en Castelló y en España son bajas con respecto al número total de migrantes orientales que residen actualmente en nuestro país. Hay dos factores que lo explican. Uno dice que la primera generación de chinos que vino era muy joven y hace poco más de 30 años de su primera gran migración. Por lo tanto, aún no hay una comunidad china totalmente envejecida en nuestros municipios. El segundo explica que los que sí se hacen mayores en España vuelven para jubilarse a China y no mueren aquí.

Los pocos que fallecen en nuestra provincia suelen preferir la incineración y sus restos se envían a China en la mayoría de ocasiones. Por eso no se ven casi lápidas ni tumbas con nombres chinos en los cementerios castellonenses.

Esta es la explicación para el manido caso de por qué no hay chinos en los cementerios. Aún quedan muchos más tópicos que derribar.