La salida de castellonenses cualificados a otros países en los que las condiciones laborales resultan más atractivas sigue creciendo, a pesar de que la temida crisis parece ser cosa del pasado. En el año 2018, hicieron las maletas casi 600 ciudadanos de la provincia. Los profesores del área de Geografía Humana de la Universitat Jaume I Javier Soriano y Ana Isabel Ejarque analizan los motivos que llevan a los jóvenes castellonenses a emigrar fuera de estas fronteras.

El principal es la falta de oportunidades en el mercado laboral debido al tejido productivo que existe actualmente en este territorio, basado en la industria cerámica, la actividad agrícola y el sector servicios. «El impacto de la crisis en la industria en los últimos 10 años ha supuesto un descenso importante en el empleo», explica Ejarque. Y es que una industria fuerte supone un importante motor económico y de generación de empleo de calidad.

Una parte de los jóvenes no encuentran en Castellón un trabajo que se adecúe a los estudios cursados, que se dirigen a terrenos más tecnológicos. Otra circunstancia es que, en el caso de encontrar un empleo acorde a su formación, este no cuenta con una remuneración que les permita plantearse un futuro, como comprarse una vivienda o poder formar una familia.

Mano de obra cualificada

A esta situación se añade la necesidad de mano de obra cualificada que existe en los países europeos más desarrollados. Por ejemplo, en el caso de los médicos y las enfermeras, con gran demanda en Alemania.