La cruz del parque Ribalta «dejó de ser en el año 1979 un símbolo franquista por acuerdo plenario de la mayoría de los grupos políticos de aquel momento. No tiene sentido que Compromís se aferre a la ley de memoria histórica para eliminarla». Son valoraciones del grupo municipal popular de Castellón, que reiteran su rechazo a la retirada del monumento después de que este periódico, en la edición de ayer, publicara el proyecto para sustituir la cruz, que contempla más de 800 m2 de zonas verdes y paseo en el espacio que ocupa ahora.

«Nos acabamos de enterar por cauces ajenos al Ayuntamiento de que ya existe un plan para eliminar la cruz, encargado a una empresa externa del que desde la oposición no teníamos conocimiento», explicó la portavoz popular, Begoña Carrasco. «Vamos a solicitar el contrato menor y el proyecto, ya elaborado, para poderlo estudiar con detenimiento, puesto que el bipartito nos ha negado hasta ahora la información, como en tantas otras ocasiones», indicó la representante popular.

LIDERAZGO POLÍTICO

En esta línea, los populares recriminaron otras cuestiones, especialmente criticando la gestión de la alcaldesa. «Mientras Compromís gobierna de manera sectaria, solo para quienes piensan como ellos en lugar de hacerlo para todos los castellonenses, la alcaldesa sigue en su escondite sin aclarar el futuro que quiere para la ciudad», aseguró Carrasco. «Su falta de liderazgo es cada vez más evidente, cuando debería tomar las riendas y explicar a la ciudadanía por qué quiere acabar con los consensos y los acuerdos alcanzados hace 39 años», insistió.

«Alimentan polémicas estériles sobre conflictos que ya solucionaron nuestros abuelos, por su irresponsabilidad, y muestran un grado superior de incompetencia para gestionar el futuro de nuestros hijos», valoró la portavoz.