El grupo municipal popular de Castellón insistió ayer en sus críticas a la nueva reforma fiscal del Ayuntamiento. En la línea de esta semana, repitieron de nuevo que «volverá a castigar una vez más a las pequeñas y medianas empresas, haciéndoles pagar más impuestos». Para el concejal popular Carlos Feliu, «la mejor política social es la que es capaz de crear empleo. Por eso, gravar con más impuestos a los comercios, bares, restaurantes y empresas más grandes, que son quienes tienen capacidad de crear puestos de trabajo, es del todo desacertado». «En el 2018 seguirán aumentando el IBI de características especiales, que afecta sobre todo a las empresas radicadas en el interior del puerto de Castellón», detalló Feliu.

«La previsión de los técnicos es que las empresas que no están en el tope de 1,3%, con esta subida pagarán 70.000 € más en el 2018, a repartir entre la Cofradía de Pescadores, los bares y restaurantes, Mercadona o los cines, entre otros». «El problema principal está en que Compromís y PSOE, por la presión de Castelló en Moviment, tienen marcada la ruta de alcanzar el máximo legal del tipo del 1,3%. Esto significa que cuando en breve alcancen ese máximo, esas empresas pagarán 70.000 euros más que en el año 2015», dijo.