El Partido Popular (PPCV) valenciano tendió ayer la mano a Ciudadanos (Cs) para unir fuerzas cara a una nueva cita electoral. Una coalición inspirada en Navarra Suma, la marca con la que populares y Ciudadanos unieron sus fuerzas en la comunidad foral. La alianza en la Comunitat se antoja más que complicada dada la distancia y la rivalidad que existe entre ambos partidos. Y ayer se evidenció cuando el ofrecimiento de uno de los hombres fuertes de la presidenta Isabel Bonig (el presidente del partido en Castellón, Miguel Barrachina) fue respondido con un portazo por parte de la formación naranja.

Barrachina defendió que sería «conveniente» y «saludable» una hipotética coalición entre formaciones de centroderecha en la Comunitat, ya que «es obvio» que el fraccionamiento de partidos «dificulta la formación de gobiernos». Las palabras de Barrachina se produjeron después de que hace unos días la dirección nacional del PP registrara la marca «Comunitat Valenciana Suma».

El popular recordó que el PP «ha intentado siempre» una coalición electoral «como en las pasadas elecciones al Senado, cuando se hizo un ofrecimiento a todas las formaciones de centroderecha».

No parece, sin embargo, que vaya a ser así. Al menos no está en los planes de la formación naranja. Fuentes oficiales indicaron que la descartaban porque Ciudadanos es un proyecto autónomo. Para la organización aunque sería posible llegar a acuerdos puntuales en algunos sitios, «la situación de Navarra no es extrapolable a la Comunitat».