El PPCV optó ayer por la autocrítica, al admitir los malos resultados electorales en su primera junta directiva tras el 28-A, pero también por aparcar las críticas y cerrar filas para ganar votos en las elecciones municipales del 26 de mayo (26-M), con la mira puesta en mantener las diputaciones de Castellón y Alicante y ganar, además, la de Valencia.

Entre las intervenciones que hubo en la reunión, que no fueron muchas, además de la de la lideresa, Isabel Bonig, se contaron las de despedida del vila-realense Alejandro Font de Mora y del valenciano Francisco Agramunt. Por su parte, el presidente del PPCS y diputado autonómico electo, Miguel Barrachina, se pronunció en una línea similar a la planteada por la propia Bonig de que es el momento de la unidad dentro del partido, desde la aceptación de la pérdida de respaldo en las urnas del domingo.

«borrón y cuenta nueva» // Bonig se marcó como principales retos la recuperación de la Diputación de Valencia y mantener las de Castellón y Alicante cara a las locales, así como «trabajar para recuperar a los votantes que se han ido al centro derecha y el centro izquierda», aseguró.

Reconoció en Alicante que los resultados cosechados por su formación en las generales y autonómicas «no han sido buenos», y los achacó a la «mochila complicada y difícil» que acarreaba el partido de legislaturas anteriores. Pese a todo, la lideresa popular calculó que el PP ha estado a «4.311 votos» de sumar tres diputados más, uno por cada provincia, lo que, a su juicio, habría supuesto «un cambio y un vuelco» en el escrutinio final y en la formación del próximo Gobierno autonómico, ya que el bloque de populares Ciudadanos y Vox habría tenido el mismo margen para reeditar el Botànic que poseen PSPV, Compromís y Podem.

Bonig dijo que lo que le «preocupa» es «lo que saldrá del Botànic». «Van a entrar los nacionalistas de Bloc-Compromís», dijo, «a quienes se conoce por sus políticas lingüísticas y educativas», y también «los comunistas, que van a pedir la tasa turística y más ideología en la gestión», por lo que espera «más consellerias y más gasto público».

Sin embargo, Bonig aseguró también estar dispuesta a «hacer borrón y cuenta nueva» y volver a «tender la mano» a Ximo Puig como candidato del partido más votado, aunque le reprochó las críticas al PP de poner el peligro la convivencia y le reclamó «respeto» a la líder de la oposición.

Defendió que en el bloque de centro derecha «la líder de la oposición es Isabel Bonig y el PP», a pesar de la euforia del líder de Ciudadanos (Cs), Toni Cantó, para valorar también que su campaña “ha movilizado mucho voto indeciso», pero no suficiente.