Quienes tuvieron que repostar en una estación de servicio de la provincia de Castellón, en los últimos días, desde que se decretó el estado de alarma se encontraron con una pequeña alegría entre tanta desazón. El precio de los carburantes se ha desplomado hasta llegar a niveles de hace por lo menos una década.

Según comprobó este diario, en distintas gasolineras de la provincia de Castellón se podía encontrar el litro de gasóleo a precios significativamente más bajos que hace solo una semana, con cifras por debajo del euro (incluso al 0,89) mientras la gasolina superaba ligeramente el euro, y en algunos casos era exactamente del euro, valores que muchos conductores ya ni recordaban.

Fuentes del sector atribuyen ese descenso a la bajada en el coste del producto como consecuencia de la menor demanda existente, después de que la mayoría de movimientos habituales hayan quedado prohibidos en España y en numerosos países por la pandemia vírica mundial.

A ello se une la decisión de Arabia Saudí, uno de los principales productores, de «inundar» de crudo los mercados tras no alcanzar un acuerdo la semana pasada con Rusia, otro de los grandes exportadores, para limitar la oferta petrolera ante el desplome de la demanda por el coronavirus o el cierre de fronteras en EE UU.

Aunque la geopolítica mundial explica en buena medida lo que ha ocurrido con los carburantes, en la práctica los conductores han podido llenar estos días el depósito a precios sensiblemente inferiores a los que regían en las estaciones de servicios a principios de este mismo año.

cooperativas // Según explica el presidente de la Asociación Nacional de Estaciones de Servicio Automáticas, Manuel Jiménez, las primeras gasolineras en aplicar la bajada de precios han sido las estaciones de servicio automático y las dependientes de cooperativas agrícolas, que están muy arraigadas en algunas comarcas, aunque cada empresa decide los precios que pone.

Según el geoportal de gasolineras, los precios más bajos en la provincia de Castellón estaban ayer en 0,89 euros en el caso del diésel, mientras que los más caros rondaban los 1,10 euros. Jiménez confirmaba que se ha producido una bajada de precios en los últimos días y que ese descenso ha comenzado a notarlo el consumidor desde el pasado fin de semana, máxime con el estado de alarma decretado y aplicadas las restricciones de movilidad.

Aunque con oscilaciones puntuales, a grandes rasgos los precios de los carburantes en España registraron una importante subida en los años de la burbuja inmobiliaria de la pasada década, que dio pie, tras su estallido, a la crisis económica iniciada en el 2008. El precio llegó a sus registros más elevados en el 2012 y el 2013, apuntan desde el propio sector. A partir de entonces se inició un descenso progresivo que dejó en el 2016 los precios más bajos de la década que acaba en el 2020. Los precios volvieron a experimentar descensos hasta el 2018, momento en que quedaron estabilizados aunque con un ligero descenso en el 2019.

escalada // Durante lo que llevamos del presente año, los combustibles habían marcado su máximo en la primera quincena de enero como consecuencia de la escalada por las tensiones en el conflicto que mantienen Estados Unidos e Irán.

Con todo, ahora, durante la crisis sanitaria internacioal se ha producido una caída de precios que, según Jiménez, aún no llegaría a todo el sector porque en el modelo de negocio tradicional lo habitual es que se aplique una fórmula conocida como de ‘cohete y plumas’, es decir cuando los precios suben el ascenso se aplican al consumidor como un cohete mientras las bajadas de precios se producen con la rapidez con la que cae una pluma.