La baja producción citrícola en Castellón provoca que los precios de la clemenules, que durante el mes de noviembre ya marcaron récords de la última década, prosiga su escalada y, cuando la temporada encara la recta final, se hayan cerrado tratos que rozan y en algún caso superan los 50 céntimos por kilo. Es decir, en el argot citricultor, en el que muchos aún hablan de precios con la moneda anterior, 83 pesetas.

Varias fuentes del sector aseguran que se trata de una situación «sin precedentes». El responsable de una de las grandes empresas de la provincia asegura: «En 26 años que llevo en el negocio, nunca había conocido lo que ocurre esta campaña». Se refiere, por una parte, a que la merma es «mayor de la esperada» y a los precios que está alcanzando esta variedad, que el año pasado apenas llegaba, en el mejor de los casos, a los 25 céntimos por kilo. Esta cifra es prácticamente la mitad de los 47 céntimos a los que se está comprando las clemenules a aquellos agricultores que han esperado a finales de noviembre y diciembre para venderlas.

Y está muy lejos de los 70 céntimos/kilo de un acuerdo que este empresario asegura que se ha cerrado recientemente en el norte de la provincia. Eso sí, es un trato aislado y que pasa por recoger la producción en enero, con lo que el riesgo de que la lluvia dañe la fruta es alto y ello explica esta cifra tan abultada.

Pero, según indican desde las organizaciones de agricultores, tan sorprendentes son los precios como su evolución, pues en apenas unas semanas se han disparado. El secretario general de la Unió, Carles Peris, recuerda que la mayoría de tratos de clemenules se cerraron en septiembre, ya que los agricultores «tenían prisa después de la mala campaña anterior, y la mayoría de acuerdos se cerraron por menos de 35 céntimos». El presidente de Fepac Asaja, José Vicente Guinot, dice que entre los productores ha podido haber «cierta precipitación».