Todavía queda camino por recorrer, pero la Comunitat se siente preparada para empezar a recuperar la normalidad e iniciar la fase 1 de la desescalada a partir del 11 de mayo.

La Conselleria de Sanidad informó ayer en un comunicado de ocho fallecimientos (uno en Castellón), 172 nuevos casos (72 en la provincia) y 160 altas más en las últimas 24 horas. Las cifras siguen siendo destacables, pero no tienen nada que ver con las que se registraron a mediados de marzo, cuando se perdió el rastro del virus ante el elevado número de contagios.

Estos datos invitan al optimismo y así lo expresó este domingo el president Puig.

«Seis de cada diez diagnosticados ya se han curado, y solo tres de cada diez casos siguen activos, cuando a principios de abril eran nueve de cada 10», dijo Puig, quien añadió que la incidencia acumulada en las dos últimas semanas es de 16 casos por cada 100.000 habitantes, «menos de la tercera parte de la media española». Puig volvió a plantear al Ejecutivo que la base de la desescalada sean las áreas sanitarias.

Un día antes, el sábado, el presidente del Gobierno cuestionó este sistema e insistió en limitar los desplazamientos por provincias. Ayer el jefe del Consell rehuyó de la confrontación y avanzó que la Generalitat agrupará varios departamentos sanitarios. En el caso de Castellón, podría darse la posibilidad de dividir entre costa e interior provincial.