Las zonas húmedas y de marjal de ocho municipios de la provincia de Castellón recibieron ayer un tratamiento aéreo para cortar el ciclo vital de los mosquitos y así controlar la plaga que desde hace semanas ha proliferado, en especial, en zonas costeras.

El parque comarcal de bomberos de la Plana Baixa fue el epicentro de la intervención desarrollada por Lokimica, encargada de los tratamientos en gran parte de los municipios y que dirige las acciones del servicio de Control de Mosquitos y Simúlidos de la Diputación de Castellón. Desde este departamento se solicitó la autorización a la Generalitat para intervenir en las localidades que están más afectadas.

Rubén Bueno, técnico de la empresa, explicó ayer que el tratamiento aplicado es biológico. El helicóptero esparce sobre la lámina de agua una bacteria --Bacillus Thuringiensis-- que se alimenta de las larvas del mosquito «pero no de otras especies». Al eliminarlas, evita que alcancen la edad adulta «que es cuando pican».

OCHO MUNICIPIOS

Las labores se iniciaron en Nules, pero el helicóptero aplicó el producto biocida a lo largo de toda la jornada en «varios centenares de hectáreas» entre este municipio, Almenara, Xilxes, Moncofa, La Llosa, Burriana, Torreblanca, Cabanes y Orpesa. Bueno incidió en que solo se actuó «en zonas húmedas de marjal, en ningún caso en entornos urbanos».

Entre las particularidades de este primer tratamiento aéreo del año en la provincia, desde Lokímica incidieron en que al actuar solo sobre las larvas no se extermina a los adultos, que están generando «un verdadero problema de salud pública», como advirtió ayer la concejala de Sanidad de Nules, Susana Tusón. «Hemos intensificado los tratamientos terrestres» dijo Bueno, similares a los que están aplicándose en, por ejemplo, Benicàssim, según confirmaron desde el Ayuntamiento, así como en la mayoría de las localidades afectadas por una plaga que tiene su origen «en las últimas precipitaciones y el ascenso de las temperaturas».

Estas actuaciones van dirigidas a controlar la población de los mosquitos de marjal y no el tigre «que está en zonas urbanas», para el que se realizan tratamientos específicos siempre terrestres. A su vez, podrá regularse la presencia del mosquito común.

El momento de realizar el vuelo depende de la meteorología. Las predicciones apuntaban a unos cuatro o cinco días de estabilidad en esta zona, de ahí que se haya determinado actuar ahora y no antes. Y es que, como incidió Rubén Bueno, el producto «es efectivo entre un 95 y un 100% dependiendo de los lugares», pero su principal inconveniente son las precipitaciones. Si lloviera de nuevo, el ciclo de reproducción de los mosquitos podría volver a activarse, por lo que no descartan que sea necesario recurrir al helicóptero otra vez si se mantiene la tónica de esta primavera, que arroja registros que la situarán entre las más húmedas de los últimos años en este territorio.

La diputada provincial de Medio Natural, María Jiménez, explicó que esta medida «tiene carácter excepcional» y se toma en respuesta al informe realizado por el director del Plan Provincial Contra los Mosquitos, Ricardo Jiménez, catedrático de la Universitat de València.

¿POR QUÉ AHORA SÍ PUEDE VOLAR?

Conseguir autorización para realizar tratamientos aéreos contra los mosquitos depende de muchos condicionantes. Entre ellos, el principal es que los técnicos avalen la necesidad de implementar esta medida, como ha sido el caso.

A la hora de solicitar el permiso que conceden las consellerias de Medio Ambiente y Sanidad, hay que precisar con exactitud cuál va a ser el ámbito en el que se va a actuar, que nunca podrá ser urbano; pero sobre todo, es indispensable la ratificación de un especialista que acredite que existe una superpoblación.

Aunque municipios como Nules ya habían conseguido permiso para realizar vuelos, en este caso la autorización ha sido concedida a la Diputación.