Pedro Sánchez quiso revestir de simbolismo su toma de posesión como presidente del Gobierno. El secretario general del PSOE prometió ayer ante el Rey su nuevo cargo en un acto en el Palacio de la Zarzuela que tuvo una llamativa novedad: por primera vez en democracia, la promesa se efectuó solo ante la Constitución, prescindiendo de la Biblia y del crucifijo. Sánchez, ateo confeso, optó por esta fórmula después de que la Casa del Rey acordara en julio del 2014, poco después de la proclamación de Felipe VI, dar la opción a los altos cargos de jurar o prometer sus cargos con o sin símbolos religiosos.

El líder socialista ha roto con la tradición que habían mantenido los seis anteriores presidentes del Gobierno de la democracia y quiso tomar posesión solo ante la Carta Magna al ser una decisión que dependía de él. «Prometo, por mi conciencia y honor, cumplir fielmente con las obligaciones del cargo de presidente del Gobierno, con lealtad al Rey, y guardar y hacer guardar la Constitución como norma fundamental del Estado, así como mantener el secreto de las deliberaciones del Consejo de Ministros», leyó Sánchez mientras apoyaba su mano derecha en un ejemplar de la Constitución, abierto por el artículo 62. El ya expresidente Mariano Rajoy y los poderes del Estado fueron testigos del acto.

La Casa del Rey instauró la opción de la Biblia y la cruz para dar cumplimiento a lo establecido en la Carta Magna en materia de libertad religiosa. Hasta ahora, los anteriores inquilinos de la Moncloa tenían la opción de jurar o prometer el cumplimiento de sus obligaciones (con la mano sobre la Constitución o sobre la Bíblia, según el caso), pero debían hacerlo ante la Carta Magna y los símbolos religiosos colocados en la mesa instalada en la sala.

En el caso de Adolfo Suárez, Leopoldo Calvo-Sotelo, José María Aznar y Rajoy, prefirieron el juramento para expresar fidelidad al cargo, mientras que Felipe González y José Luis Rodríguez Zapatero se inclinaron por la promesa. Pedro Sánchez se define como ateo y siempre ha sido firme defensor de que España sea un Estado laico, de retirar la religión de los colegios públicos y de revisar el Concordato con el Vaticano.

En la Zarzuela, estuvieron la presidenta del Congreso, Ana Pastor, el del Senado, Pío García-Escudero, así como los del Tribunal Constitucional, Juan José González Rivas, y del Tribunal Supremo y Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), Carlos Lesmes. Para dar fe del acto, ejerció como notario mayor del Reino el todavía ministro de Justicia, junto al director general de los Registros y del Notariado, Javier Gómez Gálligo. Al término de la promesa, el Rey saludó a Sánchez para darle su enhorabuena y posar ante los medios gráficos. A continuación, se incorporó a la foto Rajoy y el resto de autoridades. El líder del PSOE dio dos pasos para estrechar la mano de Rajoy ante Felipe VI. «Mucha suerte», deseó el presidente saliente a su sucesor.

Ya como jefe del Ejecutivo, Sánchez se desplazó por primera vez a la Moncloa, donde hizo un recorrido protocolario por las instalaciones del complejo, aunque todavía no se instalará en sus dependencias. Quiere dedicar el domingo a decidir la estructura de su Gobierno y el nombre de los ministros, que prevé anunciar la próxima semana, seguramente antes del jueves. De esta manera habría tiempo para que tomaran posesión de sus cargos y el nuevo Consejo de Ministros se reuniera el viernes.