Con los primeros anticipos de las cooperativas ya en marcha, las liquidaciones de la campaña citrícola que se comenzarán a pagar en breve apuntan a unos valores que, a priori, serían rentables para los agricultores. De hecho, así está sucediendo con algunos comercios, que ya están abonando fruta con la que se hicieron en la modalidad a comercializar a «entre 25 y 27 céntimos de euro por kilo», asegura el presidente de Fepac-Asaja, José Vicente Guinot, quien coincide con otras fuentes del sector citrícola provincial.

Y es que, como recuerda Guinot, «toda la campaña» las cotizaciones «han funcionado bastante bien» para las compras en el campo y las liquidaciones de las cooperativas en las que se integran la mayor parte de los pequeños citricultores castellonenses no deberían ser una excepción.

El responsable de cítricos de la Unió de Llauradors, Carles Peris, remarca que las liquidaciones de la clemenules serán «más o menos correctas», pero las de algunas variedades tardías «no acaban de responder, lo que es un poco preocupante».

Y es que algunas fuentes incluso apuntan que algunos de los comercios más importantes de la provincia, que han creado Sociedades Agrarias de Transformación (SAT), están pagando la fruta al nivel de otros años, a unos 18 céntimos por kilo, muy lejos de lo que ha sido el precio en la campaña que acaba. Estas fuentes conocedoras del sector señalan, además, que pagar la fruta este año «por debajo de 24 céntimos me parece robar. Si no la liquidan a mejor precio es porque no quieren», concluyen.

FALTA DE TONELAJE

Y es que, a pesar de que lo habitual son los buenos precios, los agricultores sufrirán esta campaña otro hándicap: la falta de kilos. Guinot remarca que, aunque la climatología ha respetado y se ha podido recolectar toda la fruta que había en los árboles, la campaña «ha ido un poco corta». Esto conllevará, a la hora de sacar un rendimiento por hectárea, que el precio prácticamente no logre compensar la falta de producción.

También lo apunta el presidente de Nulexport. Pascual Pla no esconde que pretende que los 600 socios de la cooperativa de Nules «puedan seguir cultivando», para lo cual espera liquidar la fruta «en la línea del mercado». Es decir, a un precio aceptable, aunque no quiere especificar cuál será la cantidad definitiva.

Así, alrededor de 15.000 pequeños agricultores castellonenses esperan estos días noticias de sus respectivas cooperativas.