Defolia intensamente los pinos y puede provocar irritación en oídos, nariz, garganta y fuertes reacciones alérgicas en las personas. También pone en riesgo a los perros, que pueden sufrir lesiones por todo el cuerpo, pero, especialmente, en la zona bucal por contacto directo con las orugas. Resulta peligroso que olfateen y mastiquen o traguen los pelos urticantes del insecto, ya que los tejidos afectados se inflaman y pueden llegar a necrosarse, lo que es mortal en algunos casos.

La plaga de la procesionaria ha vuelto con fuerza a los pinos de la provincia y las discrepancias acerca de las actuaciones al respecto se han puesto de manifiesto en las últimas semanas entre la Conselleria de Medio Ambiente, los ayuntamientos y la Federación Provincial de Agricultores y Ganaderos.

Conselleria pasa la pelota y llama a la autoprotección

Medio Ambiente pide a los ciudadanos evitar las zonas afectadas por la procesionaria, aconseja prevención para evitar que las mascotas resulten heridas por la oruga y llama a la autoprotección. El director general de Medio Natural y Evaluación Ambiental, Antoni Marzo, instó el pasado lunes a los ayuntamientos a colaborar para minizar los riesgos de la plaga, que afecta a la provincia y ha encendido la alarma. Marzo pasó la pelota a los consistorios e incidió en que «la competencia en el control de insectos peligrosos para la salud pública es de los ayuntamientos», a los que recordó que deben combatir la plaga en parques, jardines y cercanías de núcleos urbanos.

A su vez aseguró que en la actualidad técnicos de las direcciones territoriales y agentes medioambientales están llevando a cabo prospecciones para conocer el nivel de incidencia que tendrá en los meses del próximo otoño e invierno.

Asimismo, Medio Ambiente ha anunciado investigaciones para que la lucha contra la plaga sea más eficiente con menor dosis de producto fitosanitario, efectuando experiencias de endoterapia mediante inyecciones a la planta o difundiendo en el entorno los parásitos de la procesionaria una vez deshecha la oruga. Medio Ambiente ha recordado que colocó 1.477 trampas en árboles de Castellón el pasado verano y que 238 hectáreas fueron fumigadas. La Conselleria ha asegurado que está realizando labores de control, priorizando áreas recreativas en espacios naturales y caminos forestales.

Los alcaldes alegan falta de medios y personal

Alcaldes de la provincia dieron la voz de alarma, tras ser informados por cazadores y senderistas, acerca de la eclosión de numerosos nidos de grandes dimensiones en pinos de distintos puntos de la geografía provincial.

El Desert de les Palmes, la vía verde que une Benicàssim y Orpesa, la Serra d’Irta, Alcossebre, Atzeneta o Vistabella son solo algunos de los muchos lugares afectados. «Años atrás también hemos estado abandonados. No sé cómo vamos a colaborar los municipios pequeños para atajar la plaga si no tenemos medios técnicos ni humanos. Si es cierto que Medio Ambiente ha dicho que es competencia nuestra, no me parece correcto», ha explicado el alcalde de Atzeneta, Santiago Agustina.

Vecinos de Alcossebre diseñan trampas caseras

Vecinos de Alcossebre, preocupados por la virulencia de la procesionaria en la zona, han decidido diseñar trampas caseras, intentando atajar la plaga por sus propios medios. Entre otros métodos sugieren la colocación de garrafas de plástico, cuyos extremos están cortados. Las atan a los pinos con cinta aislante para evitar que bajen al suelo las orugas y se queden atrapadas.

Fepac-Asaja pide medidas y habla de «drama»

Por su parte, el presidente sectorial de jóvenes de Fepac-Asaja y experto en plagas, Héctor Molina, ha incidido en que la situación es «un drama» y ha pedido a Medio Ambiente actuar para poner coto a un problema que es «muy grave». Ha criticado que la Conselleria «reste importancia a la procesionaria» para, según él, «justificar que no van a hacer nada». Para Fepac-Asaja, este «es un problema que necesita dinero para poder invertir en medidas».