Llueven las críticas a la decisión del Consell de l’Estudiantat de repartir este año una sola pulsera por alumno de la UJI para asistir a la Fiesta de las Paellas, el próximo día 22, detrás de Jurídicas; y protestas porque las 8.000 que han salido a la venta «no llegan para todos los estudiantes», dicen, que suman más de 11.000, en una comunidad universitaria de 20.000 personas.

Ayer, era el tema de conversación en el campus, donde la mayoría de los estudiantes consultados veían «mal» la política de pulsera única, «ante la imposibilidad de invitar a los amigos al día de la fiesta grande de la universidad». No se habla de reventa, que alcanzaba los 30 euros, con el «80% del aforo ya vendido», según la portavoz del Consell de l’Estudiantat, Laura Alcaide, que se escuda en que «el aforo máximo, la seguridad y el espacio a ocupar lo marca el Vicerrectorado de Estudiantes, y este año es el que es, con lo que se ha priorizado a los estudiantes de la Jaume I, pues muchos se quedaban fuera».

Son muchos los que se quejan de que «en otras universidades se puede invitar a todo el que se quiere, y no en Castellón», o pidiendo que «se amplíe el recinto, para que, al menos, quepan todos los de la UJI... y alguno más». Unos piden que se saque la fiesta de Paellas del campus; otros que se mantenga «la esencia de hacerla en Riu Sec, pero con más espacio», y la mayoría reivindica «al menos, una segunda pulsera».

No obstante, un sector lo ve «justo». «Las Paellas de la UJI para los de la UJI», y defienden que «se debe priorizar a los alumnos de la universidad, evitando el colapso de otras universidades».