Los grandes ayuntamientos de la provincia de Castellón tienen todavía un amplio margen de mejora en un apartado presupuestario clave para la salida de la crisis: los servicios sociales. Y ello, pese a que en la mayoría de casos ha habido un aumento en estas partidas en los últimos ejercicios.

Pese a ello, ninguno de los consistorios de más de 20.000 habitantes llega --ni tan solo se acerca-- a los estándares que la Asociación Estatal de Directores y Gerentes en Servicios Sociales considera excelentes. Para alcanzar tal cota, un municipio debe cumplir una serie de condiciones, entre las que destaca que en los años 2015 y 2016 se hayan invertido más de 100 euros por habitante, y que las partidas sociales representen más del 10% del presupuesto de la localidad.

El ayuntamiento que tiene una inversión más alta es Castellón. La capital provincial presupuestó para el año en curso un gasto de 11,2 millones de euros, lo que representa una inversión per cápita de 65 euros, aproximadamente. Esta cifra representa un 12,6% más que durante el año 2015.

Por su parte, Vila-real incluyó en las cuentas del 2016 una partida de 2,4 millones de euros para partidas sociales, lo que supone que a cada habitante de la segunda ciudad de la provincia le corresponden, de media, unos 48 euros. No obstante, fuentes del consistorio vila-realense apuntaron que esa cifra es en realidad mayor, puesto que no contempla las partidas relacionadas con la atención a la dependencia, ni las de cooperación. Asimismo, apuntan que «a lo largo del año se han hecho varias modificaciones de crédito que incrementarán el gasto social», aunque todavía no hay datos respecto a lo que supondrá este aumento.

Ligeramente por encima de Vila-real está Benicarló, con casi 51 euros per cápita, mientras que Burriana se sitúa por debajo de ambas poblaciones, con tan solo 41 euros por persona.

NIVEL MEDIO // Estas cifras sitúan a las ciudades castellonenses de más de 20.000 habitantes entre dos aguas. Si bien en ningún caso llegan a la excelencia, la mayoría de las cifras están también alejadas de los ayuntamientos cuyo presupuesto social es considerado pobre por los autores del citado informe (menos de 36 euros por habitante). Y esto es noticia, ya que Castellón es la única de las tres provincias valencianas que no figura en esta estadística. La Comunitat tiene once municipios pobres en esta materia, de los 37 que integran la lista.