Ni una més». La plaza Major de Vila-real cambió ayer su bullicio habitual por un silencio atronador durante tres minutos para condenar unánimemente el asesinato del pasado 23 de diciembre de la vecina Andrea Carballo, último caso de violencia de género ocurrido en la provincia.

La joven de 20 años murió a manos de su expareja, la cual estaba denunciada y tenía una orden de alejamiento. A pesar de ello, el agresor la forzó a subir a su coche en Vila-real y cometió el crimen en Benicàssim, al causar un accidente en una gasolinera que acabó con la vida de ambos, tal y como confirmó el lunes la Delegación del Gobierno.

Carballo se convirtió en la 49º mujer asesinada en España, junto a ocho menores, en el 2017. En Castellón, fue la segunda muerte por este tipo de violencia del pasado año, tras el asesinato de Caterina W., de 31 años, en Vinaròs. Los padres de Andrea no realizaron ninguna declaración ayer y su abogado informó de que están a la espera de que el Juzgado les admita como acusación particular y tengan acceso a los autos.

concentración // Más de 200 personas, entre familiares, autoridades y vecinos, mostraron su repulsa por el crimen. Con las banderas del consistorio vila-realense a media asta, en una ciudad en luto oficial hasta mañana, los aplausos del público rompieron la pausa sonora y dieron paso a unas palabras del alcalde.

«Tras días angustiosos por la investigación y seguir unos protocolos a veces difíciles de entender, mostramos duelo como sociedad y exigimos a las instituciones más recursos y energía para acabar con esta lacra y llenar de contenidos los pactos contra la violencia de género», indicó.

El munícipe explicó posteriormente su postura ante el crimen y las posibles soluciones. «Queda la sensación de descontento» y abogó por reflexionar sobre «la necesidad de poner el foco más bien en la vigilancia de los agresores que en la protección de las víctimas, porque el hecho de ponerle a su lado continuamente seguridad es privarlas de su libertad», remarcó Benlloch.

El responsable de Igualdad en la Generalitat, Alberto Ibáñez, le dio la razón y añadió: «Tenemos que inculcar desde muy pequeños las relaciones saludables, la no violencia y la igualdad».

El subdelegado del Gobierno, David Barelles, recordó tras el acto que «las administraciones tienen que poner todos los medios para acabar con este cáncer social. Hay que extirparlo de la sociedad». También se manifestó el presidente de la Diputación, Javier Moliner. «Trabajamos juntos para que la tragedia de Andrea no se repita», remarcó.

junto a las víctimas // Las escenas de condena se repitieron en toda la Comunitat Valenciana, en instituciones como la Generalitat, Les Corts, Diputación, ayuntamientos, hospitales o la UJI, entre otras. La vicepresidenta del Consell, Mónica Oltra, insistió en que la sociedad está «junto a las víctimas, sus amigos y familias y en contra de los asesinos» y reiteró que el entorno debe denunciar cualquier agresión «porque no es una cuestión intrafamiliar».

El Villarreal CF se unió a las muestras de repulsa al caso lanzando un vídeo con la participación de jugadores y niños.