En los primeros seis meses del 2019 nacieron en Castellón 2.058 bebés, aproximadamente 11 al día. Esta cifra significa un apreciable descenso, del 6,2%, respecto a la registrada en el mismo periodo del año pasado (2.193), cuando, a su vez, también hubo menos nacimientos que en el 2017. Y es que, de hecho, es la cifra más baja en el primer semestre de un año desde hace 25, cuando nacieron 2.022 en 1994.

Castellón no es una excepción en el contexto español, ya que el porcentaje medio de caída de la natalidad a nivel nacional es exactamente el mismo, 6,2%. Sí que es negativo respecto a la Comunitat Valenciana, donde desde enero a junio de este año hubo un descenso de solo el 3,5%.

Así lo acreditan las Estadísticas del Movimiento Natural de la Población (MNP), dadas a conocer ayer por el INE, que sí marcan un cambio de tendencia en lo que se refiere a los fallecimientos. Tras un 2018 en el que se incrementaron en la provincia, de enero a junio descendieron hasta un 8%. Por supuesto, el saldo vegetativo de Castellón continúa siendo negativo, ya que se registran más muertes que nacimientos.

HUNDIMIENTO // Como indicador de hasta qué punto ha descendido la natalidad en los últimos años, una comparativa: en el 2008 hubo 7.206 nacimientos en la provincia, por los 4.569 del 2018.

El profesor de la Universitat Jaume I Juan Bautista Ferreres, especializado en análisis geográficos a nivel regional, cree que esta tendencia a la baja tiene varias explicaciones, aunque a su juicio «juega un papel destacado la incertidumbre económica en la que estamos inmersos». Para revertir esta situación, el docente cree que es indispensable «trabajar en la conciliación laboral, con políticas que la favorezcan», ya que a su juicio es un factor que dificulta que los jóvenes se animen a ampliar la familia.

Ferreres, experto en despoblación, alerta de que en el caso de Castellón esta problemática juega un importante papel importante. Una de sus recetas para intentar plantarle cara es fijar a las mujeres en el interior. «El mantenimiento de la población femenina en esas zonas es indispensable, ya que de otra manera no hay nada que hacer. En este sentido, sería interesante trabajar en una diversificación de las actividades en materia de empleo para que accedan a puesto de gestión», indica a este diario el profesor.