La próxima campaña de naranja será menos productiva, sobre todo en lo que se refiere a la clemenules. Así lo señala el presidente de la Mesa de Cítricos de la Lonja de València, Jenaro Aviñó, quien apunta que esto se debe a la gran cantidad de fruta que este año se ha quedado en el árbol --«entre 600.000 y 800.000 toneladas», afirma--, lo que tendrá «consecuencias directas» en la siguiente temporada citrícola.

De hecho, según Aviñó, esto está provocando que se hayan detectado ya las primeras compras de cítricos cara a la próxima campaña. «La prueba es que hay ya comercios que están comprando fruta, sobre todo de naranja navelina y clementina marisol», afirma. Estas compras se están produciendo fundamentalmente en comarcas del sur de Alicante, indica Aviñó, pero aunque no afecten a Castellón es significativo de los derroteros que pueden marcar la campaña.

El presidente de la Mesa de Cítricos aventura así una temporada totalmente diferente a la pasada, que esta semana ha cerrado la entidad con su último informe y que, para la clemenules ha sido «un desastre», reconoce. Como se ha dicho en infinidad de ocasiones, la causa fundamental fueron los temporales de lluvia de diciembre y enero, que dejaron una gran cantidad de fruta que no salió a la venta y por tanto no quedó recogida en las estadísticas de precios. Esto ha dejado notables diferencias en las cotizaciones mínimas y máximas, algo poco habitual. Pero los precios más altos también han sido menores a los de otros años.