Los puertos deportivos de Castellón han capeado el temporal de la crisis y crecen gracias a que soplan buenos vientos procedentes de Francia. El país vecino se ha convertido en el principal cliente del sector en la provincia, hasta el punto de que se trabaja en la creación de una ruta que conectará la llamada Costa Azul francesa con el Estrecho de Gibraltar y que tendrá parada en Burriana y Benicarló. El crecimiento constante que experimenta la actividad náutica en los últimos años sitúa el volumen de negocio anual en más de 43 millones de euros y permite mantener unos 500 puestos de trabajo, según la Asociación Nacional de Empresas Náuticas (ANEN).

Ese repunte se debe a una combinación de factores, entre los que se encuentra la bajada de precios de los amarres y el auge del alquiler ocasional de barcos, según destacó Francisco Carvajal, portavoz en la provincia de la Agrupación de Puertos Deportivos de la Comunitat Valenciana y administrador de la Marina de Benicarló.

CRECE EL INTERÉS GALO

Pero es sobre todo la creciente afluencia de clientes franceses lo que explica el incremento de la actividad. Así lo evidenció el gerente de Burriananova, José Guillén, que explicó a Mediterráneo que el 60% de las solicitudes de información que reciben son de extranjeros, la mayoría del país vecino.

El interés llega a tal punto que en la reciente participación de la agrupación autonómica en la feria especializada Boot Düsseldorf se fraguó un proyecto que une, en diferentes etapas, la costa sur francesa con el estrecho de Gibraltar. Según desveló Carvajal, las embarcaciones realizarán escala en Benicarló y Burriana y, más al sur, en València y Dénia, puertos donde se ofrecerá a los patronos y sus acompañantes precios especiales y servicios de mantenimiento y hospedaje.

INVERNAJE DE BARCOS

El invernaje de barcos es la otra gran oportunidad de negocio para el sector. Guillén indicó que Burriananova se ha especializado en los servicios de mantenimiento para barcos que son propiedad de extranjeros o de nacionales y que en invierno optan por los puertos de la provincia por sus precios y la existencia de personal específico. «Muchos de ellos en verano viajan por el Mediterráneo, sobre todo por las islas Baleares, pero durante los meses fríos ocupan amarres en Castellón», añadió Carvajal.

El sector está decidido a priorizar al cliente francés por su número y alto poder adquisitivo, pero sin olvidar al de regiones españolas como Madrid, Aragón, la Rioja o el País Vasco. Para llegar a este público y fidelizarlo, los empresarios urgen a las administraciones a acabar cuanto antes las obras de la N-232, que une Castellón con el norte de España.