La primera remodelación del Consell de Ximo Puig provoca lecturas diferentes. Mientras el presidente de la Generalitat destaca que el principal objetivo de los 13 cambios que ha llevado a cabo en el Gobierno valenciano es la lucha contra el desempleo --la “laguna fundamental” de la economía valenciana, la llamó ayer en Artana--, desde el PPCV le reprochan precisamente su falta de acción en este sentido, hasta señalar que le tiene “fobia”, como ayer dijo la coordinadora general de los conservadores, Eva Ortiz.

En este sentido, Ortiz reprochó a Puig que haya dejado vacante (se cubrirá previsiblemente en septiembre) la recién creada secretaría autonómica de empleo, “lo único que tiene sentido de los cambios”, afirmó. Asimismo, la popular también recriminó al jefe del Consell el gasto que en su opinión acarreará la remodelación, con la que se crean cuatro altos cargos y merced a la cual el delegado de relaciones con la UE vivirá en Bruselas --“los valencianos le van a tener que pagar un piso al señor Calabuig”, dijo--.

En respuesta a Ortiz y a Ciudadanos, cuyo portavoz, Alexis Marí, señaló que la remodelación del Consell conllevará un gasto de 500.000 euros, Ximo Puig señaló que no existe este incremento del gasto y que con el ahorro generado en su departamento (donde se suprime una dirección general) “se supera con mucho el gasto que se va a incrementar”.

Todo, aderezado con acusaciones de la oposición sobre la posible entrada de Podem en el Consell. Ayer el síndic del partido morado en la Comunitat, Antonio Montiel, envió un documento a Puig y la vicepresidenta Mónica Oltra en el que avanza algunas de las líneas a implementar para actualizar el Pacte del Botànic. Montiel hace incidencia en el empleo (al igual que Puig con sus cambios de Gobierno) y en determinadas infraestructuras y carreteras a llevar a cabo.

El objetivo de este avance es ir trabajando durante las vacaciones para, a fin de mes, tratar de cuadrar agendas y reunirse para abordar el pacto de gobierno. H