El candidato a la secretaría general del PSPV a las primarias del próximo domingo, 16 de julio, y actual presidente de la Generalitat, Ximo Puig, defendió ayer ante su rival, Rafa García, su liderazgo actual, «que cuenta con el apoyo mayoritario de los alcaldes» y pasa «por hacer política municipalista» y por «convocar primarias también en los ayuntamientos» para «seguir renovando el PSPV, que estaba arruinado, dividido y en la oposición. Que iba hacia el suelo y ahora va hacia arriba». Un partido socialista que, reconoció, necesita «cambios profundos, y los habrá en la dirección si sigo al frente». Puig presumió así de gestión ante el otro candidato, en un cara a cara de más de hora y media en el que ambos expusieron sus programas en materia social, política y económica, de federalismo y valencianismo, y de partido.

Para Puig, en el futuro del PSPV «no puede haber una bicefalia». «Necesitamos un líder con proyecto de país, ¿cuál es el tuyo?», preguntó a García. «El partido está vivo. Hace falta participar, no solo hablar, y me gustaría que participaras más», le dijo.

Por su parte, García aseguró que, aunque está «orgulloso» de que Puig sea president, pese a serlo con «los peores resultados de la historia», con Compromís y el apoyo de Podemos y con el PP como fuerza más votada, «no se elige a un presidente sino a un cargo orgánico que debe tener un papel orgánico», y que «sin un partido fuerte no podrán gobernar con garantías». Y le recriminó que han pasado «de 38.000 a 18.000 militantes» y que el partido está «inmovilizado».

Respecto al Pacte del Botànic, Puig aseguró que «no está amortizado» y «ha sido beneficioso» como reflejan todos los indicadores y que a ningún militante, salvo a García (y a la dirigente del PPCV, Isabel Bonig), le ha escuchado decir que «ha sido un error». El alcalde de Burjassot replicó apuntando que «nunca he criticado el pacto, sino que debía decidirlo la militancia, que es diferente», aunque sí le recriminó que «el peso lo lleva Compromís».

Los dos candidatos defendieron un modelo federalista como «solución para España» y que los valencianos tengan mejor financiación e inversiones. Puig aseguró que el Senado debe ser la «cámara territorial» y que volverá a plantear la Entesa, mientras que para García «no es creíble» que apoyara el centralismo de Susana Díaz y ahora «nos haga creer otra cosa» y se quiera desmarcar.

RELACIONES CON EL PSOE

Los dos calificaron de «lealtad» la relación del PSPV con el PSOE. Puig dijo que trabajará «para que Pedro Sánchez sea presidente», y García, «como secretario general, para que (Puig) gobierne con mayoría la próxima legislatura».

Discreparon en cuanto a la futura ejecutiva si ganan. Mientras García dijo que es una cuestión de militantes y debe tener «las mejores personas» sin hablar de cuotas, para Puig «es una cuestión del secretario general, que eligen los militantes», recordando que «siempre he integrado».

Para cerrar el debate, Puig defendió un PSPV que esté basado «en la democracia, el federalismo, el valencianismo, el feminismo y la izquierda» y «sin familias orgánicas». García, por su parte, dibujó un modelo de partido «del siglo XXI», dijo, «moderno, feminista, ecológico y con más participación de la militancia y más espacio para el debate».