El candidato a la secretaría general del PSPV-PSOE, y actual presidente de la Generalitat, Ximo Puig, realizó ayer una demostración de fuerza en la provincia de Castellón, donde estuvo en hasta cinco municipios y a última hora abarrotó la Casa del Poble de la capital con más de 100 militantes.

Haciendo gala de su doble condición de dirigente autonómico y líder de partido, Puig realizó una intervención en la que partido y país avanzaron de forma paralela, pues para él «forman parte del mismo proyecto». El dirigente morellano, que aspira a revalidar el liderazgo de los socialistas valencianos, instó a la militancia a darle su apoyo este domingo para «hacer un PSPV más democrático, participativo y feminista».

Una «nueva etapa» en la que reconoció que habrá que «reparar errores» pero en la que pidió no olvidar los aciertos que han llevado a que «el PSPV viva su mejor momento en 22 años», con «256 alcaldías en toda la Comunitat» y la presidencia de la Generalitat. Es por ello que consideró clave preparar a su formación para una «segunda edición», el 2019, del «proceso de transformación» que comenzó el 2015 con la alternancia a nivel autonómico.

ARROPADO

Durante toda la jornada, el president estuvo arropado por la militancia y por numerosos cargos orgánicos e institucionales. En la sede de la calle Carcaixent le esperaban a su llegada la alcaldesa de Castellón, Amparo Marco, junto a los concejales Rafa Simó, Antonio Lorenzo y José Luis López. También estuvieron la consellera de Vivienda, María José Salvador; el delegado de Presidencia de la Generalitat, Adolf Sanmartín; el presidente de la autoridad portuaria, Francisco Toledo, o el secretario autonómico de Turismo, Francesc Colomer, así como varios diputados (Ignacio Subías o Clara Tirado). También destacó la presencia de alcaldes como Samuel Falomir (l’Alcora) o Virginia Martí (Cabanes).

Antes, en Vila--real, había recibido el apoyo de todos los concejales socialistas, encabezados por el alcalde, José Benlloch.

El secretario general socialista afirmó que el PSPV debe «aprovechar el momento de dinamismo originado por la militancia, que ha pedido la palabra, para abrirse más», y en este sentido indicó que uno de los retos será que las primarias abiertas que le permitieron ser candidato a la Generalitat sean una realidad cara a futuras elecciones municipales.

Asimismo, y tras afirmar que «ser socialista significa ser feminista», pidió combatir también desde el partido «la peor desigualdad, que es la de género». En este sentido, propuso reforzar la «democracia paritaria» y convertir el Consell Nacional d’Igualtat en un «interlocutor permanente» con los colectivos de mujeres.

DISCURSO PRESIDENCIAL

Sin nombrar a su rival en las primarias, que hace unos días consideró el Govern del Botànic «amortizado», Puig hizo una encendida defensa de las políticas de estos dos años y dijo que «hay que estar contentos con lo que hemos hecho». En este sentido, vinculó ambos proyectos para reinvidicar que partido y gobierno deben trabajar «por la igualdad y la libertad».