Si el tratado de libre comercio con Sudáfrica es el principal dolor de cabeza a largo plazo del sector citrícola de Castellón, en el corto plazo la necesidad de salvar la campaña provoca que la gran preocupación se traslade de las cláusulas de los tratados y de la recogida en el campo a las carreteras. ¿El motivo? La creciente dificultad de las empresas de hacer llegar sus clemenules a Europa, principal mercado del producto, debido a las protestas de los chalecos amarillos en Francia y de los Comités de Defensa de la República (CDR) en Cataluña.

A la preocupación que estas situaciones provocan en los sectores logístico y citrícola se unió ayer el president de la Generalitat, Ximo Puig, que exigió al Govern catalán que «asuma su responsabilidad» y «garantice la libre circulación de mercancías y de personas». El jefe del Consell pidió acabar con «cualquier brote de violencia» y se dirigió a su homólogo en Cataluña, Quim Torra, para recordarle que tiene «una gran responsabilidad respecto a la convivencia». Asimismo, señaló que las fuerzas de seguridad «deben actuar» en casos como el corte de la AP-7 y otras vías por parte de los CDR «porque, entre otras cosas, son los garantes de las libertades».

Estos comités amenazan con volver a cortar la AP-7 en el límite entre la Comunitat y Cataluña el próximo 21 de diciembre, por lo que Ximo Puig defendió que los ciudadanos «tienen derecho a estar de acuerdo con la legislación vigente», por ello, pidió que esos derechos «estén garantizados a través de la seguridad que se merecen los ciudadanos».

SITUACIÓN INSOSTENIBLE // Por su parte, la Asociación Castellonense de Transporte de Mercancías calificó la situación derivada de los cortes en Francia y Cataluña de «insostenible». Su gerente, Ignacio Bou, pidió una «intervención inmediata» del Gobierno central para «controlar e impedir los bloqueos» en ambos casos.

Bou denunció que las pérdidas se acumulan, y que muchos conductores se ven obligados a alargar su ruta 24 horas e incluso a realizar los descansos semanales de 45 horas en Francia, con las consiguientes pérdidas en dietas, hoteles y días festivos. Más información en la página 32.