El president de la Generalitat, Ximo Puig, se ha centrado una vez más en la reforma de la financiación como eje básico para cumplir con los dos objetivos clave para el nuevo año: el empleo y la justicia social.

En su tercer discurso de Año Nuevo como jefe del Ejecutivo valenciano, Puig también aseguró en este inicio del 2018 que «no todo puede ser Cataluña» y que aunque los valencianos desean que se solucione la crisis catalana, ese problema no puede «distraernos» de las reformas que necesita el conjunto del sistema territorial y que afectan especialmente a los valencianos.

Puig afirmó «sin triunfalismo pero con claridad» que la Comunitat «está haciendo los deberes», lidera el crecimiento en España, es la única autonomía que ha rebajado su deuda, ofrece seguridad jurídica, ha multiplicado sus inversiones extranjeras y ha creado 190.000 empleos, «a pesar de la infrafinanciación».

«En el 2017, la Comunitat Valenciana ha cumplido pero no se está cumpliendo con la Comunitat Valenciana», lamentó a la vez que reprochó al Gobierno haber «incumplido» la palabra dada a todas las autonomías para la reforma del sistema de financiación, tal como aprobó la Conferencia de Presidentes «a propuesta» de la Comunitat.

Aseguró que tras cuatro décadas del «gran consenso» que fue la Constitución, con la que se consiguió un «proyecto democrático compartido que propició el Estatut d’Autonomia», se sufre «una crisis territorial que tiene a Cataluña como su expresión más evidente, pero no todo es, no todo puede ser Cataluña».

«La cuestión territorial va mucho más allá y nos afecta directamente a los valencianos», apuntó el jefe del Consell durante su primer discurso del año, y denunció que «hay una insoportable desigualdad entre personas» según el territorio donde viven y un proceso de «recentralización» usado para «minimizar el Estado del bienestar».

Puig valoró que la sociedad valenciana «es cada día más una sociedad del acuerdo» y valoró los acuerdos políticos y «entre empresarios y trabajadores, entre el sector público y el sector privado», que han propiciado la creación de «un escenario de estabilidad, honradez y diálogo».

El presidente de la Generalitat recordó que quedan 391.000 personas sin trabajo y que están en un proceso de transformación económica para ser competitivos y mejorar los salarios, del mismo modo que dice ser «consciente» del problema que padecen los jóvenes para que se vea recompensada su formación, del de los agricultores y de la necesidad de seguir mejorando el sistema sanitario, al igual que reducir las listas de espera.

FIN DE LOS BARRACONES

Puig abogó por acabar con los barracones y por una cultura que permita a los niños hablar valenciano, castellano e inglés, incidió en la importancia del cambio climático y aseguró estar «indignado» por la violencia machista.

«Soy consciente de todos los retos pendientes, pero también de nuestra fuerza, de nuestra capacidad de trabajo, de nuestra valía», aseguró, a la par que afirmó que confía «firmemente en los valencianos».

Por esa confianza, les conmina a todos a empezar a trabajar en tres retos compartidos, que pasan por el empleo, la justicia social y un modelo de financiación nuevo. «Este año la Comunitat Valenciana continuará cumpliendo. Queremos que se cumpla ya con la Comunitat Valenciana», concluyó el president.