El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, y el jefe del Consell, Ximo Puig, hicieron gala ayer en sus respectivas intervenciones de la lealtad y cordialidad institucional que viene siendo habitual en este tipo de actos, aunque tampoco esta vez vinieron exentas de las reclamaciones mutuas que vienen acompañando a todo lo que tiene que ver con el actual modelo de financiación y la inversión en infraestructuras varias, cuyos argumentos arrastran notables diferencias.

En este contexto, el president Puig aprovechó la llegada del AVE a Castellón para reclamar al jefe del Gobierno central que impulse un gran acuerdo nacional sobre infraestructuras estratégicas, tan «necesarias para la Comunitat Valenciana». El mandatario autonómico explicó que el de ayer no debe ser un paso definitivo, sino que «debe continuar con la puesta en marcha del corredor mediterráneo», una obra que «ha despertado un consenso histórico entre la sociedad civil, los empresarios, trabajadores y fuerzas políticas», señaló.

Las cifras DEL CORREDOR // Puig recordó que las cuatro autonomías por las que discurre el Corredor aportan el 50% de la población, el 45% del PIB, el 47% del tejido productivo, el 46% del empleo y el 51% de las exportaciones, de ahí que esta infraestructura «sea una cuestión de Estado», esgrimió en su exposición.

Al respecto, señaló el potencial de Castellón, que «aporta el mayor superávit comercial relativo de la Comunitat y que avanza, año tras año, en la creación de nuevos viveros de turismo».

A VUELTAS CON LA FINANCIACIÓN // En este punto, el president recordó que el «motor público» de la Comunitat está «gripado» a causa de la infrafinanciación por lo que reclamó a Mariano Rajoy que afronte de una vez el cambio de modelo hacia uno más justo.

Para Puig es hora de «superar la visión radial de España» en «infraestructuras, en economía y en políticas. Es hora de sustituir un centralismo que no responde a la realidad de España, por una proyección que se base en la fortaleza de España distribuida por todo su territorio», explicó para argumentar la necesidad de establecer nuevos mecanismos en materia de financiación autonómica.

La reclamación de Puig fue contestada con posterioridad por el presidente del Gobierno, quien le señaló que «haré todo lo que esté en mis manos por lograr un acuerdo sobre el nuevo sistema de financiación autonómica», pero pidió al dirigente valenciano que medie ante el PSOE para que haga posible un acuerdo.

Rajoy recordó a Puig que con los diputados que tiene el PP es difícil encarar un nuevo modelo nacional. Tras recordar que en la anterior legislatura no fue posible modificar el sistema porque, entonces la prioridad era evitar la quiebra económica, aseguró que tiene la «voluntad para resolver este asunto», pero necesita del apoyo del PSOE.

El presidente del Gobierno se dirigió directamente a Puig para decirle: «Ya me gustaría a mí poder presentarme un día con un acuerdo sobre el sistema de financiación autonómica». Por lo que reclamó el apoyo del jefe del Consell para que el PSOE respalde la reforma de la financiación, un apoyo que dijo desear por la imposibilidad de hacerlo sin la mayoría parlamentaria necesaria para sacarla adelante.