El presidente de la Generalitat, Ximo Puig, y su todavía vicepresidenta, Mònica Oltra, se vieron ayer por primera vez las caras en público tras las elecciones autonómicas del domingo, en las que el PSPV no solo venció sino que amplió la ventaja con respecto a Compromís. Pese a que ese resultado permitirá a Puig diseñar un ejecutivo autonómico a su medida, el encuentro, que se produjo durante la manifestación del 1 de mayo en València, sirvió para evidenciar que la sintonía, al menos en lo que se refiere a la voluntad de seguir avanzando en políticas sociales, sigue intacta.

En una jornada tan simbólica como el Día de los Trabajadores, ambos dirigentes trataron de centrar sus intervenciones en el proyecto compartido (el famoso qué) y pasar de puntillas del quién, esa negociación del segundo gobierno botánico que se prevé dura. El jefe del Consell y secretario general del PSPV aseguró que su voluntad es «hablar con todos los interlocutores para definir la mejor arquitectura» para su futuro ejecutivo, y remarcó que «el camino hecho hasta ahora» es «el mejor aprendizaje». Por su parte, Oltra pidió que los contactos entre las tres formaciones del bloque de izquierdas --en esta ocasión, incluyendo a Unides Podem-- deben iniciarse antes de la constitución de Les Corts el 16 de mayo, y que en estas semanas lo más importante es hablar del proyecto, y no tanto de posibles consellers.

PRIMERA REUNIÓN // Por tanto, en lo que coinciden ambos dirigentes es en que las políticas sociales, santo y seña del primer Botànic, seguirán siendo una prioridad los próximos cuatro años. En este sentido, y antes de la manifestación convocada por los sindicatos, Puig se comprometió a que la primera reunión del próximo mandato «será con los agentes sociales para proyectar un nuevo tiempo de estabilidad, diálogo social y honradez». Además, apostó por seguir «con el crecimiento del empleo», aunque abordando «la mejora de su calidad».

En ese aspecto incidió también Oltra, que entre las cuestiones más importantes situó la lucha contra la brecha salarial de género y contra la precariedad del empleo, además de la «derogación de la reforma laboral del PP».