El presidente de la Generalitat, Ximo Puig, reclamó ayer que se aceleren las negociaciones y que se desconvoquen «lo más rápidamente posible» los paros en la Comunitat Valenciana de los taxistas que protestan por la proliferación de licencias de VTC (vehículos con conductor). Lo demandó tras reunirse con la consellera de Obras Públicas y Vertebración del Territorio, María José Salvador, y otros miembros de la administración autonómica, para tratar la situación que ha generado la huelga, que está «afectando a la imagen» de la Comunitat.

Por ello, instó a quienes la han convocado y al Ministerio de Fomento a que intenten «acercar posiciones», porque se está generando «un problema» para los ciudadanos, que tienen derecho a contar con «la mejor movilidad posible» y unos servicios públicos de transporte de calidad.

Precisamente de la imagen habló también la presidenta del PP de la Comunitat, Isabel Bonig, exigiendo al Gobierno «medidas contundentes y rápidas» para solucionar los problemas en el sector del taxi, y considerando que las decisiones tomadas son «parches» y que la imagen que se está dando de la Comunitat y de España es de «caos» en un sector público esencial. Además, calificó la huelga de «auténtico desastre».

Pese a estas demandas, que también lanzaron desde el Ministerio de Fomento, los taxistas de la Comunitat, siguen en huelga. Los de Castellón lo confirmaron a este periódico, y representantes de las asociaciones de taxistas de Valencia y Alicante también mantienen los paros, pidiendo «más claridad» a Fomento. Sin embargo, los de ciudades como Benidorm, los desconvocaron tras llegar a un acuerdo con el Ayuntamiento, comprometido en controlar más las VTC.