El president de la Generalitat, Ximo Puig, califica de «cinismo» el hecho de que la reforma del Estatut d’Autonomía valenciano haya estado «tantos años» paralizada en el Congreso y espera que, por fin, «se pueda aprobar». En la visita a la Bodeguilla de Mediterráneo, Puig no escondió que es partidario de una reforma «más profunda» que la que ahora se debate, que propuso el PPCV, pero también ve necesario avanzar en este cambio, que entre otras cosas es más exigente en lo que se refiere a las inversiones del Gobierno. En cuanto a la posibilidad de que esta reforma pueda ser votada en un referéndum, el jefe del Consell cree que «efectivamente» este se debe producir «juntamente con las elecciones» autonómicas del próximo año.

En lo que a ellas se refiere, Puig destaca el «entorno de estabilidad» que se ha generado con el Pacte del Botànic y, aunque cree que todavía queda «mucho por hacer», resalta que «todos los indicadores» han mejorado --como por ejemplo la tasa de paro, que ha caído «10 puntos»-- y que se ha dejado atrás la «mala imagen» de la Comunitat debido a la gran cantidad de casos de corrupción: «Es el momento valenciano y lo tenemos que aprovechar», dijo.

Asimismo, critica que el Gobierno central «está fuera de juego, bloqueado» porque «solo piensa en hacer campaña electoral para recuperar el espacio con Ciudadanos» y esto se deja ver en la falta de propuestas acerca de muchos temas, como «Cataluña, las pensiones o la financiación».

Y, respecto a este último, afirma que es «ilegítimo» que el Gobierno exija a la Generalitat la deuda que ha acumulado esta con el Estado en los últimos años porque procede de una falta de financiación evidente y por tanto la deuda es «ilícita». «Nosotros queremos crear un espacio de debate y discusión para hablar sobre ello» y el Gobierno se niega, dijo. Puig también mostró su apoyo a la huelga feminista de mañana: «La peor desigualdad es entre hombres y mujeres».