El president de la Generalitat, Ximo Puig, no pudo evitar que el runrún sobre un hipotético adelanto electoral en la Comunitat sobrevolara la rueda de prensa de balance de los tres años de legislatura del Govern del Botànic. El jefe del Consell aseguró que por ahora no ve motivos para avanzar la cita con las urnas, aunque no cerró la puerta al afirmar que «las circunstancias políticas en el futuro pueden cambiar».

En una comparecencia junto a la vicepresidenta del ejecutivo, Mònica Oltra, Puig indicó que un adelanto se materializaría «desde la lealtad que siempre han seguido» las relaciones «políticas y personales» entre ambos y afirmó que de hacer uso de esta prerrogativa lo haría «pensando en el interés general de la Comunitat» y no en cuestiones partidistas.

Oltra ejerció un papel secundario en esta cuestión, consciente de que el botón del avance electoral solo corresponde al presidente. La vicepresenta aseguró que no tenía «mucho más que añadir» a lo argumentado por Puig, con el que está en «sintonía absoluta». «En estos momentos no se dan las condiciones para avanzar elecciones, aunque no sabemos lo que puede pasar mañana», dijo.

OTRA LEGISLATURA // La buena sintonía entre los dos dirigentes marcó una comparecencia en la que ambos presumieron de las políticas llevadas a cabo por el gobierno de coalición. En este sentido, Puig afirmó que el Consell del Botànic «no es un proyecto de cuatro años, sino que debe ir más allá de una legislatura, porque la sociedad necesita un resarcimiento muy alto».

Y es que para el president, los tres años de ejecutivo con Compromís --y con Podemos como socio parlamentario-- sitúan a la Comunitat en un «horizonte de prosperidad» que es posible por la «superación de la pobreza y la exclusión» y la puesta en marcha de instrumentos como la renta garantizada de ciudadanía. «Todo esto está haciendo una sociedad más cohesionada», indicó.

Oltra, por su parte, resumió los tres ejercicios de gobierno compartido como el paso «de la vergüenza al orgullo». «Ahora esta autonomía no está cerrada en sí misma», remarcó Oltra, que añadió que la Comunitat «ya no tiene que bajar la cara, sino que exporta prestigio» al exterior.