No existe miedo a la llegada de turistas a la Comunitat. Así lo quiso recalcar ayer el president de la Generalitat, Ximo Puig, tras la reunión de seguimiento de la pandemia entre el Consell y la Administración General del Estado. Puig dijo, en una comparecencia posterior ante los medios, que a partir de finales de junio estudiarán el aumento de aforos en hostelería y ocio en función de la evolución de los primeros días fuera del estado de alarma, en lo que tildó de «una semana crucial».

«Si todos cumplimos, no habrá problemas», defendió el jefe del Consell, junto a la delegada de Gobierno, Gloria Calero. En el comité también participaron las conselleras de Sanidad e Interior, Ana Barceló y Gabriela Bravo, y las fuerzas de seguridad.

Generalitat y Gobierno acordaron mantener el nivel 2 en el plan territorial de emergencia, activo desde el 14 de marzo cuando se decretó el estado de alarma, para continuar con la unidad de acción y dejar claro que se sigue «en alerta». La trazabilidad del virus por la Comunitat está en «nivel alto», aunque Puig llamó a la prudencia para evitar rebrotes como los de Aragón o Andalucía.

SIN TRIUNFALISMOS / «No hay que tener una especial tensión respecto a quienes vienen. Hay que extremar la responsabilidad y encapsular los casos nuevos», sostuvo Puig, quien dio por seguro que habrá rebrotes. El president apela al cumplimiento de la higiene y la distancia «tanto para los que vienen, como para los de aquí», y confía en que la situación actual se mantenga, aunque sin triunfalismos. En este sentido, la delegada del Gobierno pidió «no lanzar el mensaje de que nos da miedo que la gente venga porque estamos preparados y encantados de recibirlos como la comunidad acogedora que somos».

Para la llegada de turistas, la Generalitat prevé que los 1.000 nuevos puestos de auxiliares de playas (informadores sobre el covid-19) estén a disposición de los ayuntamientos a partir del próximo 1 de julio, tras finalizar el periodo actual de formación.