Camino sin oposición. Al menos ahora, a punto de despedir el 2019. Otra cosa será cuando los ramos estén para bendecir. La primera conclusión del paso al frente de Ximo Puig para optar de nuevo a liderar el PSPV, en contra de lo dicho en el congreso del 2017, es que el nuevo cónclave no tardará: el otoño del 2020 podría ser la fecha si Pedro Sánchez finalmente saca la investidura como presidente del Gobierno adelante y decide (se da por hecho) convocar congreso federal.

Estamos por tanto a casi un año, como mínimo, de la cita para renovar liderazgos y discursos del socialismo valenciano. Igual que el contexto actual no es el del 2017; el de dentro de un año puede parecerse poco al actual. Así, la declaración de Puig sobre mantenerse al frente del partido y evitar una bicefalia (dirigentes diferentes en la formación y en la Generalitat) encontró ayer el apoyo de la dirección socialista valenciana y frialdad y distancia entre los cargos más próximos a José Luis Ábalos y lo que en un momento se llamó el sanchismo.

«Sería la mejor opción», porque es «una historia de éxito», dijo el número dos del PSPV,?Manolo Mata, sobre la posibilidad de que el líder de la formación dé marcha atrás a lo anunciado en el 2017, cuando dijo que era su último congreso como líder.

decisión personal // «Es una decisión personal. Cualquier militante puede decir que aspira a liderar. Ahora estamos en la investidura de Pedro Sánchez y en formar Gobierno para desbloquear el país. Cuando lleguen los congresos se hablará», señaló la secretaria general de la provincia de Valencia, Mercedes Caballero, mano derecha de Ábalos.

Una posición similar manifestó el rival de Puig en las últimas primarias, Rafa García, otro de los baluartes del sector que se situó al lado de Sánchez y en contra del secretario general del PSPV en la gran batalla en el PSOE que supuso el regreso a Ferraz del líder derrocado.

«El proceso orgánico llegará y todos los militantes que quieran optar tendrán su oportunidad. Pero ahora no es el momento de valoraciones en clave interna. Ahora estamos en el proceso de gobernar España, no en un proceso congresual», dijo el alcalde de Burjassot.

Una de las dudas razonables en política es si existen las casualidades. Sea producto del azar o de una reflexión intensa, el paso (no del todo firme) de Puig se produce en un momento en que parece difícil que pueda motivar una reacción contraria de Sánchez y sus más afines en la Comunitat Valenciana.

A pesar de las diferencias del pasado, el líder del PSPV es el único presidente autonómico que ha salido sin reparos a defender la negociación con Esquerra Republicana de Catalunya (ERC). Otros barones o han callado o han criticado la actuación, como Emiliano García-Page (Castilla-La Mancha) y Javier Lambán (Aragón).

El contexto es, por tanto, de aproximación entre Sánchez y Puig, que ha evitado cualquier disidencia desde el regreso del presidente a Ferraz. Está por ver si el acercamiento es también orgánico, aunque de momento, no.

Optar a liderar el PSPV permite a Puig mantener la puerta abierta para ser candidato a la presidencia de la Generalitat por tercera vez. Decir que no se presentará a la secretaría general, sellaba esa posibilidad y abría una vía de inestabilidad.

Puig, así, insistió ayer en la idea: «Estoy dispuesto y disponible para continuar trabajando por la justicia social y el valencianismo». Y cuando haya congreso, «evaluaremos la situación».