l catedrático de Climatología, José Quereda, explica que este año el cambio de estación se retrasará y seguirá la inestabilidad, de modo que el calor, que podría ser un aliado natural contra el coronavirus, se hará esperar entre un mes y medio a dos meses.

--¿Qué le está pasando al clima desde que empezó el confinamiento?

--Ha venido configurado por un tipo de tiempo muy inestable, especialmente por lo que respecta a la frecuencia de episodios de DANA y que todavía parece retrasar el comienzo de un verano que otros años por estas fechas ya estaba prácticamente sobre nosotros. Esta expansión del vortex o núcleo atmosférico polar hacia latitudes meridionales, según algunos modelos, se mantendrá hasta, al menos,comienzos de mayo. En consecuencia, ello retrasaría la plena entrada del verano,cuya noche de San Juan es el día 20 de junio. No obstante, climáticamente, ya desde un mes anterior, en nuestra región, podríamos sentir el verano y tiempo estable.

-¿Por qué?

-- Algunas predicciones de los modelos apuntan a que estamos en el mínimo de un ciclo solar, que ha sido uno de los tres ciclos más débiles de la historia. Este ciclo un decenal solar, el número 24 de los analizados, ha mostrado así una baja actividad solar y consecuentemente una menor entrada de energía a la superficie de nuestro planeta y en definitiva al sistema climático. Ello comportaría el retraso estacional y energético que estamos teniendo. Dos hechos se muestran coherentes y corroboran este hecho. Fruto de la inestabilidad tenemos unas precipitaciones hasta un 60-70 por ciento superiores a lo habitual y una la radiación solar que estamos teniendo en marzo y abril es prácticamente el 70% de la radiación habitual.

--¿Es importante esa radiación solar?

--Dentro de su espectro global, uno de estos haces de radiaciones solares son los rayos ultravioleta, que juegan un papel muy importante tanto como antibactericida como de antivirus. El UV-A, es así el más poderoso antibiótico dela naturaleza. En las dosis moderadas que consiguen alcanzar la superficie del planeta, además de contribuir a la síntesis de la vitamina D, especial para nuestro sistema óseo, permite combatir la expansión de los virus. Si esta radiación solar ha sido, en los dos últimos meses, tan sólo un 70% de las horas de sol y energía solar normales,ello nos ha privado del efecto benigno de la radiación ultravioleta. Esperemos que el gran salto en la incidencia del UV que se opera en nuestra región desde mediados de mayo se cumpla y ayude en la lucha contra la pandemia.

--¿Y las lluvias que ha habido?

-- Tampoco es normal el tiempo de los días pasados.Entre 31 de marzo y 1 de abril cayeron en 24 horas 120-150 litros en la Plana Baixa y litoral de Castellón, lo que no tiene nada de usual, en estos meses suele caer 30-50 en abril en 24 horas cayó lo que en tres meses de precipitación normal. La explicación reside en esa reiteración de DANA’s desprendidas de esa expansión hacia el sur del vortex polar.

--¿Parece que la primavera está ralentizándose?

--Estamos teniendo los efectos que podría estar comportando esa reducción de la radiación solar. Tenemos un mar que no almacena tanta energía como en circunstancias normales y que, consecuentemente, está por debajo de las temperaturas habituales en esta época del año. Ello juega un papel desestabilizador dela atmósfera, que siempre reacciona a desequilibrios energéticos que hay en el hemisferio. Unos desequilibrios a los que parece sumarse el efecto de la actividad volcánica reciente. Este efecto reciente en la actividad del sistema del cinturón de fuego mundial, pueden haber contribuido a la inestabilidad atmosférica ya que por sus aerosoles reducen la radiación solar en superficie mediante la reflexión hacia el espacio exterior y por otra parte crean abundantes núcleos de condensación que favorecen las precipitaciones.

--¿El coronavirus hará que nos tomemos más en serio cuestiones como el cambio climático?

--Habremos de esperar que esta profunda reflexión mundial sirva para dar paso a una nueva sociedad. Una sociedad que, con el gran desarrollo de nuestra civilización tecnológica, creía haber dejado de estar expuesta tanto a las “inclemencias” del clima como de cualquier afección sanitaria. Ha bastado la aparición de un virus microscópico de milésimas de micrómetro, para que se tambalee esa sensación de seguridad y de falso dominio.La misma industria 4.0 tan sólo hace diez años sustituía al hombre por la robótica, ya ha comenzado a situar al hombre en el centro del sistema en la industria 5.0. El hombre es el centro de sus decisiones. En un futuro la conmoción reflexiva de esta dramática pandemia tiene que demostrar que debemos actuar con más sentido de Humanidad y que sectores abandonados como el sistema educativo y de investigación, el sistema sanitario y las relaciones sociales se pongan en ese lugar central.

Desde punto de vista térmico y aumento de situación de mayor radiación solar el cambio climático podría disminuir la actividad del virus que en el caso de la gripe baja su incidencia. Dentro de las cosas que se ignoran es en que medida el calor actúa siempre para combatir y disminuir la actividad de los virus. Se han formulado estudios en gripe de que un aumento de un grado de temperatura actividad de la circulación del virus de un 3-4%. No obstante ello ha de ponerse en relación a la magnitud de la radiación solar entrante.

--¿Ha podido influir en que no se vierta tanto C02 sobre la atmósfera en el tiempo que al estar más limpia la atmósfera descargue las nubes?

- A nivel de la circulación general de la atmósfera, adquieren más trascendencia y magnitud los efectos de la actividad solar y de las erupciones volcánicas. 1884 todavía sigue siendo el año de más lluvia en las series pluviométricas regionales,porque en octubre de 1883 comenzó la erupción Karacatoa. La misma pequeña Edad de Hielo con mínimos entre 1645 y 1715 fue un reflejo de la escasa o nula actividad solar. Otra cosa es el ambiente, la naturaleza de la lluvia y sus efectos locales en la agricultura y sistemas hidrológicos.

--O sea que el tiempo que en teoría tendría que haber sido un aliado natural en nuestra zona por el sol y la humedad contra el coronavirus todavía tardará de mes y medio a dos meses.

--Como hemos afirmado nuestro clima mediterráneo permite esperar que esa intensificación de la radiación solar a mediados de mayo puede acelerar la contribución de la atmósfera a la lucha contra el virus.Tal y como se afirma en Climatología todo en la naturaleza aparece gobernado por lo térmico. Si algunos estudios han permitido entrever que un aumento de 1 grado en la temperatura media disminuiría la intensidad del virus en 3 o 4%. Esa entrada rigurosa del verano en que la temperatura pueda aumentar 8-10 grados sería una gran ayuda.