Son como el Guadiana, que aparece y desaparece según los territorios por donde pasa. La metáfora que bien puede aplicarse a los líderes de los grandes partidos de ámbito nacional. Se olvidan con frecuencia de la Comunitat Valenciana -de Castellón, ni hablamos— y cuando llega la cita con las urnas marcan en su agenda con mayúsculas el territorio valenciano para captar votos. Y viene a cuento por la coincidencia de las visitas previstas para hoy de Mariano Rajoy y Pedro Sánchez y de Albert Rivera el domingo a Valencia.

Vayamos por partes. El PP nacional parece que tiene claro que su estrategia pasa por priorizar su campaña en la Comunitat. Muy a su pesar, por los casos de corrupción que salpican al partido en esta autonomía, saben que si quieren crecer y superar el 30% de los votos para alcanzar los 130 diputados deben empezar por recuperar lo que antaño fue su gran caladero, ahora sumido en el desánimo. Con los datos de las elecciones del 20 de diciembre en la mano, es normal que aquellos que piensan en la calle Génova quieran volcarse en la Comunitat, donde las estimaciones de los populares apuntan a que pueden sumar al menos dos diputados más, uno por Valencia y otro por Alicante. Es cierto que aquí Isabel Bonig cumplió y superó el 20-D la media nacional del 28,9% de los votos, pero lejos todavía de otras comunidades autónomas como Cantabria, Galicia, La Rioja, Castilla-La Mancha, Castilla y León o Murcia, todas por encima del 35%. Si Rajoy consigue este mismo porcentaje en la Comunitat, el camino a la Moncloa lo va a tener mucho más despejado. De ahí la estrategia del PP y de ahí la visita, que seguro no será la última, del líder popular.

Respecto al PSOE de Pedro Sánchez, el objetivo no es otro que sumar en una Comunitat donde se gobierna y, en especial, por la necesidad de obtener un buen resultado y exportar el modelo a la valenciana, del que tanto se ha hablado a la hora de (no)formar gobierno. Además, no hay que olvidar que, pese a que la sensación generalizada es que el PSPV todavía no ha tocado su suelo electoral, la valenciana sigue siendo la segunda federación socialista de España después de Andalucía, y hay que intentar situarla a ese nivel en cuanto a número de apoyos electorales. El otro voto que persigue Sánchez es el interno. Su acto de esta tarde en Burjassot está hecho a su medida. Juega en campo propio porque allí tiene a su alcalde, Rafael García --antaño mano derecha de Jorge Alarte--, junto a la consellera de Sanidad, Carmen Montón y al secretario general del PSPV de la provincia de Valencia, José Luis Ábalos. Por eso no extraña la ausencia de Ximo Puig, que a la misma hora movilizará a su partido en Elche.

El tercer gran líder que visitará esta semana Valencia es Albert Rivera. Lo hará el domingo en un acto de precampaña para rascar el voto de los descontentos del PP en un mitin donde intervendrán el propio Rivera y los candidatos al Congreso por Valencia (Toni Cantó) y Alicante (Marta Martín). Y aquí se debe hacer un pequeño inciso, porque si para el PP y el PSOE por motivos de estrategia política Castellón no existe, para Ciudadanos ni siquiera existe su candidato, Domingo Lorenzo.