Tal y como anunció en el transcurso del webinar organizado por Mediterráneo, Ximo Puig expuso ante Pedro Sánchez una serie de actuaciones planteadas para sostener el tejido industrial de la Comunitat, con especial atención a la cerámica. «Un sector que ha sufrido un 50% de pérdida de la facturación, para el que se necesita flexibilizar las condiciones de los ERTE más allá del 30 de junio, y que necesita incentivos», expuso.

Entre ellos, las medidas para la rehabilitación. «Adaptar nuestro plan Renhata de reformas a nivel estatal», para que la construcción y la adquisición de productos como los azulejos «sean decisivos en el empleo», dijo. Estas ideas forman parte del paquete de propuestas lanzadas desde la patronal azulejera, Ascer, para hacer frente a las dificultades derivadas de la crisis causada por el coronavirus. Justo la semana pasada se dieron a conocer los datos del índice de producción industrial de abril, con una caída del 56,5% de la producción, el peor dato desde que existen registros.

Por otro lado, Puig hizo mención a las dificultades que tienen los profesionales del clúster azulejero para viajar al exterior, al no existir todavía un protocolo europeo unitario ni fechas claras para la reapertura del espacio aéreo. Incidió en que no se puede «vender si los comerciales no viajan a países», y por eso es necesario «un espacio Schengen sanitario, un elemento clave para el desarrollo, con capacidad para volver a mercados internacionales», más allá de la actividad turística, «con condiciones de seguridad y unas normas únicas para todos». Dentro de la industria, también solicitó ayudas para incentivar la venta de automóviles, con el fin añadido de eliminar los coches más contaminantes.