El inicio del curso político en la Comunitat Valenciana se augura turbulento en el seno de un Consell cuyos socios están lejos de coincidir sobre cómo gestionar el bloqueo en la reforma de la financiación autonómica y en la llegada de recursos del Estado, cuya consecuencia inmediata es la aplicación de recortes en el gasto. Son elementos que ya han protagonizado rifirrafes significativos en el seno del Botànic II, con duras críticas contra el socialista Ximo Puig --y su homólogo en Madrid, Pedro Sánchez-- por parte de sus vicepresidentes, Mónica Oltra, lideresa de Compromís; y Rubén Martínez Dalmau, de Podem.

Apenas hubo un respiro ayer en el cruce de acusaciones después de la intervención la víspera del president tratando de rebajar la tensión, sin conseguirlo en gran medida. La interinidad del Ejecutivo estatal, que impide transferir entregas a cuenta, junto con el fantasma de la repetición electoral en España --prolongaría la parálisis para que llegue más dinero--, echa más leña al fuego de una situación de partida del Gobierno valenciano en la que se da por sentado que el consenso está lejos de ser una realidad.

pactar ajustes // En todo caso, Oltra realizó ayer un análisis más institucional como segunda del Botànic II al apuntar que el Consell decidirá sobre el plan de ajuste «desde el acuerdo y la responsabilidad», detrás del que también se deja ver un recordatorio político dirigido a Ximo Puig, de que las decisiones deben tomarse de foma colegiada.

«Ojalá tengamos Gobierno la semana que viene, ya no en funciones; un Gobierno después de una investidura que salga adelante y se pueda acelerar todo. Si no es así, que se aceleren los plazos lo máximo», declaró la vicepresidenta, quien apuntó, igualmente, que «en lo estructural hará falta mas tiempo».

estreno complicado // Dejando a un lado el placaje al que se va a ver sometido el líder del PSPV desde una oposición a la que Vox se suma por primera vez a PP y Ciudadanos, por su papel y el de Sánchez en relación con la financiación; hay elementos nuevos que juegan en contra de la concordia dentro del Gobierno valenciano, a pesar de que los socios son los mismos, en principio, que hace cuatro años.

La entrada en el Consell con un protagonismo mucho más notable que el esperado de Podem, formación con la que ya fue complicada la negociación para el diseño de los presupuestos el año pasado con los podemitas fuera, hace pensar que dificultará una elaboración de las cuentas que estará sobre la mesa incluso si, al final, se produce una prórroga.

Precisamente, la discusión sobre en qué consellerias, cómo y cuánto se va a aplicar la tijera ahora, puede convertirse en el ensayo general de lo que vendrá después cara a definir el presupuesto del 2020. Muchos otros temas serán motivo de fricción, como la tasa turística o las políticas medioambientales, sobre los que la disparidad de criterios es conocida.

La actividad parlamentaria, que arranca hoy con el pleno que seguirá mañana, jueves, no implicará discusión en Les Corts, pero sí críticas por el planteamiento de líneas de trabajo que los departamentos no podrán materializar en toda su extensión mientras que no se resuelva el problema troncal, la falta de financiación. El nuevo fracaso de las negociaciones entre Podemos y PSOE para formar Gobierno en España y el aplazamiento sin fecha de la cita de Puig con la ministra de Hacienda, Mª Jesús Montero, añaden incertidumbre.